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Gente de mar

Aunque con varios días de retraso, ya que se celebró el pasado 25 de junio, quiero aprovechar la columna de hoy para recordar el "Día Internacional de la Gente de Mar" o "Day of the Seafarer", como en inglés lo bautizó la IMO (Organización Marítima Internacional). Y es que es fácilmente constatable el desequilibrio en la cobertura informativa que los medios especializados hacemos de los dos tipos de trabajadores que mayor cantidad de mano de obra aportan en el transporte marítimo.

  • Última actualización
    28 septiembre 2018 18:16

Por un lado, los trabajadores portuarios o estibadores, a quienes dispensamos un tratamiento amplio en espacio y permanente en el tiempo; por otro, los verdaderos trabajadores de la mar, los marineros y oficiales que llevan los barcos a buen puerto, y a quienes apenas dedicamos unas líneas de vez en cuando, lo que por lo general ocurre cuando se produce algún desgraciado percance. Pero esta diferencia de tratamiento informativo tampoco nos debería coger por sorpresa por diferentes motivos. En este sentido, resulta evidente que la "invisibilidad" de los marineros u oficiales como colectivo laboral es precisamente una de sus principales señas de identidad, lo que hace que como colectivo "no visible" su problemática nos resulte relativamente ajena. A diferencia de los trabajadores portuarios, las tripulaciones no están organizadas en sindicatos fuertes y no plantean paros ni huelgas más allá de los que eventualmente pudieran afectar a los barcos en los que trabajan o la naviera o agencia que los contrata, por lo que su capacidad de presión y de amenaza sobre la industria marítima es ciertamente limitada. Es en gran parte la ausencia de ese poder de coacción lo que convierte a la tripulación en un colectivo al que apenas se le presta atención. Los estibadores, al contrario, sí tienen poder. Pueden parar un puerto, un país entero, si se lo proponen. Pero el poder de los tripulantes es el de una gota en el mar, un barco en la inmensidad del océano. Mano de obra intensiva, anónima y no siempre justamente retribuida, con Filipinas como principal fuente de mano de obra del sector marítimo mundial, que ha vivido durante décadas en un limbo legislativo laboral ante el que Europa, al menos, ha reaccionado aumentando la protección jurídica de estos trabajadores del mar.Sin embargo, mientras un puesto de trabajo en el muelle es y seguirá siendo un atractivo reclamo para las próximas generaciones, la industria marítima global se enfrenta a un escenario de escasez de mano de obra cualificada en el mar en el corto plazo. Precisamente, el Día Internacional de la Gente de Mar celebrado el pasado jueves estuvo dirigido a la gente joven, que tal vez esté considerando en estos momentos las opciones que tiene a su disposición para desarrollar una carrera en una profesión "gratificante y enriquecedora", como la define la propia IMO. Hoy más que nunca, la navegación es una profesión que requiere personal con formación y titulación de alto nivel. Los buques modernos se proyectan y construyen según las normas técnicas más elevadas y requieren tripulantes con un alto nivel de competencia profesional. Hacerlos funcionar de forma segura y eficiente es un trabajo estimulante en un entorno de alta tecnología.Hacen falta trabajadores en los muelles. También en los barcos. Pero lo que verdaderamente hacen falta son trabajadores preparados, con vocación y capacidad de sufrimiento. Y eso es algo que aún hoy no siempre resulta sencillo encontrar. Y no es demagogia.