Que habrán de contar con nosotros, de una vez, para que se nombre a cargos profesionales más que políticos. Tiempo es de establecer compromisos a ese respecto. Me refiero a que si no nos hacen ni caso, como suele suceder en estos trámites... ¿qué? Como ustedes saben, en este santo sector todo es a lo grande. Se puede ganar o perder mucho con poco. Ese es su principal encanto. Un buen cliente-cargador te arregla la vida. La tuya y la de tus hijos. El visto bueno de una autoridad portuaria a un proyecto puede significar lustros de ganancias. Por tanto, en cuanto llegue al poder quien llegue al poder, la primera reacción del sector será rendirse a sus pies. Sea o no sea el elegido, el recomendado, el apoyado por los empresarios logísticos. En cuanto el cargo tenga nombre, ese nombre será adorado. En cuanto a los políticos, lo mismo. Las asociaciones empresariales que tanto gritan en los periódicos reclamando esto o aquello al presidente, al conseller o al ministro, volverán a perder el culo por ponerse a su lado en la foto cuando aparezcan los nuevos por estos lugares, con independencia de si han cumplido sus promesas y compromisos para con nosotros. Estamos en el año más electoral de todos los años electorales que en el mundo han sido. Hartos estamos ya de grandilocuentes expresiones, duras amenazas y dulces promesas. Bueno será que alguien exponga también qué pasa si no nos dan lo que pedimos o no cumplimos lo que dijimos. Por ejemplo, si el próximo presidente del Puerto no tiene el consenso de las asociaciones empresariales logísticas. O si el próximo ministro no nos atiende en eso de la financiación autonómica. O si el paro no se reduce en lo que se dijo que se iba a reducir. Y es que entre que tenemos poca memoria y tienen poca vergüenza, todo se acaba quedando en palabras. En estos tiempos de micrófonos, atriles, puestas en escena y grandes discursos, bueno sería oír a alguien poner precio a sus compromisos. Lo más sonado del discurso de ayer de Ximo Puig, nuevo presidente de la Generalitat Valenciana, fue eso que dijo de que "estamos hartos de ofrendar nuevas glorias a España". Así, como lo leen. Pero... y si el nuevo gobierno autonómico tampoco consigue una financiación más cercana a la que se reivindica... ¿dejaremos de respirar? ¿ya no les "ajuntaremos"? ¿no invitaremos a Montoro a nuestra fiesta de cumpleaños? Hay que ser personas serias, y convertir a nuestros dirigentes, empresariales y políticos, en responsables. Con todo lo que esa palabra encierra. Responsabilidad premiada en los aciertos y logros, y demandada cuando, una vez más, no nos hagan ni caso. Pese a las soflamas vehementes que tanto abundan... yo creo que seguiremos, unos y otros, ofrendando nuevas glorias, entre "cantos de amor e himnos de paz". Sois, o quizás somos, así.