La idea, más que peregrina en mi opinión, vendría a confirmar la visión liberal de una compañía estadounidense que refleja, sin lugar a dudas, la personalidad de su sociedad que, lejos de pensar en la protección del empresario, la calidad del servicio y los empleados como parte de un organismo empresarial, aboga por el autoempleo, la confianza ciega en la providencia del usuario que gestione tu envío y la logística más popular que se ha visto desde la opción del trueque.Pero, qué propone Amazon. Se lo cuento. Imagine que su vecino hace un pedido en Amazon y coincide que usted pasa cerca de uno de los almacenes de la compañía, pues a través de una aplicación de la compañía se le avisa de que hay un envío pendiente y se le anima a que lo entregue ese mismo día a cambio de un dinero o incentivo.Según el gigante de ventas on line, este sistema persigue reducir los tiempos de entrega y ya de paso los costes del gigante, porque para lograr mejorar la entrega la compañía se aprovecharía de particulares sin condición empresarial. Está claro que esta iniciativa viene a sumarse a las propuestas ¿innovadoras? ¿locas? ¿aventureras? de Amazon, como aquellas de usar drones o taxis en la entrega de paquetes. Pero y los problemas que se generarían de este modo de proceder, ¿cuando los van a estudiar? Porque ¿quién sería el responsable si el paquete no llega a tiempo o lo hace en mal estado? ¿Y las devoluciones? Con la legislación actual, ¿se podría garantizar la actividad comercial sana y eficiente en la zona con transportistas amateur? ¿Qué ocurriría si realizando la entrega el particular tuviera un accidente? ¿Se debería cumplir con algunos requisitos mínimos como seguros especiales, titulaciones, etc.? Y las empresas de transporte, ¿qué esperan que hagan? ¿Que se queden con los brazos cruzados? Supongo que la iniciativa es tan descabellada, sobre todo desde el punto de vista español donde la regulación del autoempleo/emprendimiento es una de las más restrictivas e impositivas de Europa, que nadie la valora como algo real y plausible. De ahí la poca relevancia de la información. Aunque en Estados Unidos, una sociedad que apuesta por el libre mercado más puro, podemos esperar cualquier cosa. Uber ya funciona y se promociona en numerosas series televisivas, así que... Por otro lado, no querría dejar de comentar la despedida de Javier Gimeno de la presidencia de Transcont CV. Dice que lo deja porque está agotado tras nueve años de trabajo intenso. Ha perdido la ilusión y cierra su etapa en la asociación de transportistas autónomos de los puertos de la Comunidad Valenciana con la cabeza bien alta por los objetivos alcanzados (ahí está el servicio comercial). Seguro que para muchos la marcha de Gimeno es una alegría, como interlocutor sectorial ha tocado las narices a bastantes personas, pero nadie podrá negar que a lo largo de estos nueve años, el colectivo ha cambiado, se ha modernizado, ha optado por el diálogo y les reciben en el ministerio de Fomento, Puertos del Estado, la conselleria y la autoridad portuaria. Podrán gustarnos más o menos sus propuestas, pero gracias a Gimeno y su equipo los autónomos se han quitado el sambenito de los mafiosos del puerto en las administraciones.