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SIL multiusos

El Salón Internacional de la Logística ha vuelto a hacer honor a su condición multigremial y multifuncional. Como una navaja suiza, para que me entiendan. Más que nunca en la edición que ayer se cerró, el SIL ha ido constatando como su gran baza ese aspecto multiusos, del que ha de presumir con fuerza y fundamento.

  • Última actualización
    28 septiembre 2018 18:29

Llegar hasta la edición de 2015 no ha sido sencillo. Justo es recordar y valorar su capacidad de adaptación para sobrevivir a la feroz y pertinaz crisis. Así, ha llegado a esta edición con una serie de logros que justo será repasar. Lo de hacer negocio, contactar con los clientes y proveedores y todo eso es un valor añadido tan importante como intangible. Ni idea creo que tenga nadie del movimiento de negocio real que se ha producido en el SIL. No entraremos, por tanto, en ese asunto, en esa utilidad. Hay otros parámetros del Salón que sí podemos constatar y valorar, cualitativa y cuantitativamente. El número de visitantes, en el día grande, el miércoles, fue rotundo, sin detectarse, al menos yo no los vi, ese relleno que suelen usar otras ferias con forma de bandadas de estudiantes y/o de honorables y arrasadores jubilados. Cada visitante, o casi, era un profesional del sector. Y eso se agradece. El consiguiente intercambio de saludos, encuentros, micro-charlas y sonrisas, es también valioso por lo que tiene de cohesión del colectivo. Puede que muchos fueran al SIL también a eso, o solamente a eso, a saludar a colegas. Con ese motivo valdría. Eso es importante, y la contribución del SIL a esa comunicación es digna de destacar. Más logros: El SIL consigue un eco mediático concreto y palpable, no solamente en la más que abundante prensa sectorial, sino en bastante prensa generalista. Que se visualice al colectivo logístico como tal es también subrayable, ya que a nuestro sector le sigue quedando mucho camino que recorrer hasta que la sociedad conozca la magnitud y la importancia de nuestro sector. En la edición de este año ha habido, además otras utilidades extras. Hemos podido comentar con interlocutores de especial interés la agitación política que estamos viviendo. Las componendas, las alianzas, los amores, los desamores. De ahí han surgido de nuevo las siempre entretenidas apuestas y quinielas no sólo sobre la composición final que aquí o allá se habrá de concretar en cada ayuntamiento, en cada gobierno autónomo, si no también sobre las futuras composiciones de las autoridades portuarias consiguientemente afectadas. No era un tema que se pudiera dejar pasar en los corrillos del SIL, que resultaron, al menos en esta ocasión, tan o más interesantes que las intensas y oportunas conferencias y coloquios que se organizaron esos días. La diferencia es que los corrillos hablaban del futuro, y las conferencias tenían en muchos casos planteles de valiosos técnicos que poco van a decidir ya hasta las próximas elecciones, tras las que igual tampoco son ellos los que deciden ya. Como ven, darse una vuelta por los enmoquetados pasillos del SIL volvió a ser, más incluso que en ediciones anteriores, una inversión segura. Hacer negocios, saludar a colegas, asistir a conferencias, participar en animados corrillos conspiradores, tomarse una cervecita en el stand de Diario del Puerto, echarse unas risas muy a gusto, gracias a mi idolatrado Leo Harlem (gentileza de Alfil Logistics)... No digo yo que me lo superen, con que me lo igualen... tiene expositor para toda la vida.