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Vengan a informarse

El juego de tronos que se llevan por toda España unos y otros partidos políticos ya empieza a resultar ciertamente cansino. Se mezclan los habituales ingredientes de estas situaciones con uno extra, definitivamente desestabilizador: el hecho de que a finales de año haya elecciones generales. Los unos y los otros no pueden hacer lo que han hecho siempre: quitarse parcial o totalmente la máscara con la que concurren a las urnas, en cuanto se recuentan los votos.

  • Última actualización
    28 septiembre 2018 18:35

En esta ocasión, pueden enseñar la patita por debajo de la puerta, pero sólo eso. Y con eso no es suficiente. Cada día que pasa, por tanto, se empieza a intuir lo que cada cual quiere, pero no pueden decir; lo que a cada cual le gustaría pero no pueden reconocer. El problema es que eso no parece suficiente. Necesitamos que nos gobiernen y nos está empezando ya a preocupar la posibilidad de que no lo consigan o lo consigan de mala manera y con fecha de caducidad inminente. Parece claro que un ideario político puede adaptarse, casi a la carta, si es para gobernar. La izquierda se puede entender con la derecha incluso, como ya se han dado casos en nuestro país. El problema viene con las ganas de figurar. Todos quieren ser el presidente o el alcalde. Esa es la cosa. Todo el mundo quiere tener su cargo. Que le suban el jerez al caballo, y todo eso. Matan por llegar ahí y mueren si han de dejarlo. El problema es que presidente autonómico o alcalde sólo hay uno. Si, como digo, no hubiera elecciones generales en breve, ya se habrían puesto de acuerdo. Sin abrir siquiera su programa, ni leerse unos el de los otros. Con repartir tronos y tronitos, todos contentos. Pero con el electorado con la papeleta de las generales en la mano, esa moneda de cambio es más difícil de manejar. No saben qué hacer. La solución pasa por tener en cuenta lo que el votante cree que son, ya que lo que son realmente a veces parece que no lo sabe ni ellos. Hay que tener en cuenta lo que cree la gente que ha votado. Si a los más votados les es imposible crear gobierno por falta de apoyos, el segundo candidato a gobernar habría de ser, del bloque que pueda hacerlo, el menos lejano a la voluntad general. Eso sería una muestra de respeto al votante. Sólo hay que imaginarse en el balcón del ayuntamiento de cada ciudad, durante las típicas fiestas patronales, a unos y a otros. Esa sería una buena prueba del algodón. Necesitamos que se aclaren pronto, porque en cuanto se configuren los necesarios gobiernos, sea quien sea el que esté al mando, habrá de hacer, ya sin prórroga, lo que debería haber hecho en cuanto decidió presentarse a las elecciones: informarse. Corremos un gran riesgo de que se pongan a tomar decisiones en base a sus afirmaciones de campaña o en base a lo que leen en prensa. Es importante empaparse de datos directos y constatables en todos los campos en los que han de decidir algo. Pero es especialmente imprescindible recoger esa información válida en sectores tan importantes y complejos como la logística. No importa lo que hayan dicho en campaña. Se lo perdonamos todo a todos. Ahora, eso sí, hagan el favor de venir por aquí y enterarse de qué va esto, antes de tomar ninguna decisión. Las tonterías... en campaña, y los experimentos... con gaseosa.