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Un Corredor enfermo (II)

Semanas atrás, en esta misma columna, y a raíz de una jornada celebrada en Barcelona por Ferrmed, les decía que en esto del transporte ferroviario de mercancías hay muchas más sombras que luces y hoy me reafirmo aún más después de asistir la semana pasada a otras dos jornadas organizadas en torno al, ya un poco cansino, qué quieren que les diga, Corredor Mediterráneo.

  • Última actualización
    28 septiembre 2018 18:38

Las incontables jornadas que se han celebrando y que giran sobre el susodicho corredor suelen contar, indefectiblemente, con dos tipos de conferenciantes, que tienen una presencia sempiterna en este tipo de eventos. Por un lado, están los teóricos, aquellos que se dedican a hacer estudios y más estudios, informes, análisis, dossieres y memorias sobre lo que debería ser el corredor y no es, sobre lo que le falta, sobre los fallos que tiene y sobre cómo sería el futuro si el presente fuera maravilloso. Les aseguro que, en la mayoría de los casos, las conclusiones de toda esta ingente cantidad de documentación son las mismas. Y ustedes dirán que genial, que eso quiere decir que todos coincidimos en lo que le hace falta al Corredor Mediterráneo para funcionar y que, ahora que lo sabemos, solo hay que ponerse a resolverlo.Pero la realidad no es tan fantástica. El problema radica en que las conclusiones son las mismas durante años y años. O sea, que pasa el tiempo y seguimos haciendo informes, estudios, dossieres y memorias que siempre dicen lo mismo. Pero lo que no se hace es ponerse a trabajar en implantar las soluciones teóricas para que en la práctica el corredor funcione.Otra figura de conferenciante que siempre aparece en estas jornadas es la del político. Normal. Hablamos de infraestructuras de transporte que, en este país, están construidas con dinero público. Efectivamente. Ese que manejan desde la Administración Pública y sobre el que deciden los políticos. Hasta aquí, todo correcto. El problema llega cuando el político de turno se limita a tirar de cifras y más cifras y a hablar de calendarios, pero sin profundizar en qué es lo que realmente va a aportar la infraestructura en cuestión y cómo está funcionando.Lamentablemente, y ya lo decía en el artículo del que les hablaba al principio, hay un tercer tipo de conferenciante que se deja ver mucho menos en este tipo de eventos y es el operador y el cargador, es decir, los que tienen que lidiar con la parte práctica del tema. Aunque eso sí, cuando lo hacen las conferencias se tornan mucho más interesantes porque es entonces cuando se desenmascaran las teorías y las previsiones.Y en el caso del Corredor Mediterráneo, lo triste es que no solo se está dilatando en el tiempo su construcción sino que los tramos que ya funcionan no son lo suficientemente competitivos para las mercancías.En este punto, siento contradecir al señor secretario de Estado de Infraestructuras, pero es imposible que el Corredor Mediterráneo esté totalmente construido a principios de 2016. Son muchas obras las que faltan incluso por licitar y, por poner solo un ejemplo, les diré que los accesos ferroviarios al Puerto de Barcelona ni están ni se les espera hasta al menos el año 2018. O sea que a mi no me salen las cuentas.Y en cuanto a la competitividad de la infraestructura existente, a la vista está el número de circulaciones de trenes de mercancías que hay la línea de ancho UIC. ¿O de verdad creen que si a las grandes empresas les saliera rentable enviar su producción en tren no lo harían? Y si los números no salen, las mercancías no subirán al tren por muchos estudios que se elaboren y por mucha inversión en infraestructura que se haga.