Quienes justifican una obra de estas dimensiones hablan de la capacidad del nuevo canal para admitir buques de grandes dimensiones, así como su contribución a hacer más eficientes las rutas transoceánicas gracias a la descongestión del Canal de Panamá.Una vez en funcionamiento, se estima que la infraestructura duplicaría el PIB nacional, generaría hasta 200.000 puestos de trabajo y la creación de nuevos puertos, aeropuertos, zonas francas, etc.A priori todo parece estupendo, pero por el camino el proyecto va a levantar ampollas de difícil cicatrización. El canal de Nicaragua utiliza el curso del río San Juan para atravesar posteriormente el Lago Cocibolca o Nicaragua.Como recordaban el pasado domingo los compañeros de El Mundo en un sensacional reportaje, la vía navegable a través del lago requerirá el dragado de 105 kilómetros en la mayor masa de agua dulce de Centroamérica, lo que significará mover material con un volumen hasta seis veces superior al que se ha movido en la ampliación del Canal de Panamá.De las implicaciones y enfrentamientos políticos o del irreversible impacto ambiental, mejor ni hablamos.Si ustedes imaginan que detrás de todo este proyecto hay algún interés oculto, han hecho mal sus conjeturas. El interés es manifiesto, lícito y transparente ya que en junio de 2013 Nicaragua entregó la concesión del canal (por cien años, o 50 prorrogables por otros 50) a Hong Kong Nicaragua Canal Development, una empresa china especializada en construcción e infraestructuras dirigida por el empresario Wang Jing, cuya fortuna según la lista Forbes superaría los 7.000 millones de dólares.Dicho de otra forma, que lo que hay detrás y por encima de todo es negocio, mucho negocio, porque de lo contrario no se entiende una inversión de estas características y con tantísimas implicaciones sociales y políticas.En fin, que el asunto del canal va a dar de sí una buena temporada y tendremos que estar muy atentos a cómo evoluciona.Y es que no podemos desmarcarnos del poder asiático y de su capacidad para generar nuevos negocios. La comarca valenciana del Camp de Morvedre vive los últimos meses con la incertidumbre de la decisión que va a tomar un consorcio chino que prevé invertir en Parc Sagunt.El proyecto consistiría en desarrollar un parque logístico y empresarial de siete millones de metros cuadrados en la segunda fase del parque logístico de Sagunto para ofrecerlo a empresas chinas que pretendan utilizar los puertos de Sagunto y Valencia como puerta de entrada a Europa. Hasta final de año no tendremos nuevas noticias al respecto, pero no negarán que la posibilidad ya genera cierto optimismo.En fin, que el gigante asiático hace ya algún tiempo que decidió cruzar fronteras... por si algún despistado no lo tenía todavía claro.