Pero ahora las relaciones viven una etapa diferente. El pasado febrero, tal y como publicó este Diario en su momento, el conseller Santi Vila y la ministra Ana Pastor alcanzaron un acuerdo para desencallar el proyecto para que el Puerto de Tarragona cuente con conexión en ancho de vía europeo acordando la implantación del tercer hilo en los dos sentidos de circulación entre el nudo ferroviario de Castellbisbal (Barcelona), Tarragona y Reus, así como entre Tarragona y Vandellós, y en un sentido entre Vandellós y Castellón.Pero este acuerdo parece haber llegado tarde -tengan en cuenta que en 2012 la ministra de Fomento se comprometió a empezar a ejecutar las obras del tercer hilo en 2013, tras asegurar que éste era un proyecto "prioritario"-. El creciente malestar del Puerto de Tarragona ante el retraso en las obras ha quedado más patente después que este enclave fuera descartado hace unas semanas por el grupo automovilístico Daimler para ser plataforma de distribución de más de 200.000 vehículos anuales hacia Oriente Medio.Josep Andreu, presidente del Puerto de Tarragona, volvía a mostrar en público la semana pasada su decepción por la pérdida de este interesante contrato por parte de Bergé, empresa que debía ser la encargada de la distribución de estos coches y que cuenta con terminal en el puerto catalán. Y subrayaba, amargamente, que no es que el Puerto de Tarragona no haya sido elegido en el tender de Daimler sino que había quedado directamente fuera de la terna de finalistas por el simple hecho de no tener conexión ferroviaria en ancho europeo. Decía Andreu que este hecho es, además de decepcionante, muy preocupante porque "no vemos ningún calendario sobre la mesa", en referencia a la falta de concreción de plazos para ejecutar las obras del tercer hilo. Y pedía al ministerio de Fomento que sea consecuente y cumpla con los compromisos adquiridos, aunque ya sea demasiado tarde para el jugoso contrato de Daimler.Pero Tarragona no es el único puerto español que no ha podido ganar el contrato de Daimler. También Barcelona se quedó a las puertas y fueron finalmente el esloveno de Koper y el italiano de Savona quienes se llevaron el gato al agua. Y es por ello, entre otras cosas, que algunas de las grandes empresas con factorías en Catalunya, entre ellas Seat, volvían a pedir la semana pasada en Barcelona que se resuelvan ya dos obras clave para mejorar las capacidades logísticas: el acceso al Puerto de Barcelona y el Corredor del Mediterráneo. Hay determinadas infraestructuras que son imprescindibles para reducir los costes logísticos y, si esto no se logra, se deja de ser competitivo.