Es una adaptación de la clásica afirmación que asegura que todo forma parte del viaje, no solo la estancia, sino también los desplazamientos, por lo que es conveniente aprovecharlo todo y exprimirlo al máximo.En esta misma línea, la compañía automovilística SEAT está desarrollando una acertada campaña publicitaria que bajo el lema "Llegaremos antes, pero será mucho más aburrido" también defiende las bondades de un camino largo y azaroso frente a la rapidez y lo grisáceo de un hipotético teletransporte.Pues no sé qué quieren que les diga. Imaginen que llega el teletransporte a las mercancías... sí ya sé la de intermedios, intermediarios y eslabones que se iban a eliminar de un plumazo. ¿Eficiencia? A tope... pero no sería lo mismo.¿De qué íbamos a hablar los medios especializados? No se hagan cruces, al final todo sería un cambio de cromos, las mismas figuras con diferentes títulos. Cambiaríamos puertos y aeropuertos por estaciones de telecarga; estibadores por receptores; contenedores por cápsulas y así hasta que puedan imaginar.Me pueden llamar tradicional, pero yo me quedo con lo que tenemos que da mucho más juego. Casi tanto como el que está dando el asunto del "Sorrento", barco de Grimaldi incendiado la pasada semana mientras realizaba para Trasmediterranea el trayecto entre Valencia y Palma, que en la tarde de ayer tenía previsto llegar remolcado al Puerto de Sagunto.Nunca llueve a gusto de todos, y después de unos días fondeado a la espera de destino (no lo quería ni el Tato) se decidió que debía ser remolcado hasta el recinto del Camp de Morvedre, un puerto en el que el armador ha solicitado atender la descarga de plataformas y vehículos que transporta y el apuntalamiento del pontón. Asimismo, en Sagunto también está previsto que se realice la inspección pertinente del buque, así como la extracción del combustible.En el caso del "Sorrento", evidentemente, lo primero fue asegurar que los 156 ocupantes del barco estuvieran a salvo. A partir de ahí el problema se centró en el hipotético vertido de combustible, que es lo que a día de hoy sigue reclamando la atención mediática. A partir de ahí, casi ninguno, nadie diría yo, ha reparado en que el barco transportaba además 98 camiones vacíos y 25 con carga y puedo imaginar cómo estarán los propietarios de la mercancía y de los propios camiones... esperando sin duda para conocer el alcance de los derperfectos y los informes periciales. Apuesto a que entre espera e informe hay más de un profesional del transporte terrestre que lo está pasando especialmente mal, para variar.