Menú
Suscripción

Costes y flexibilidad

Debe Puertos del Estado plantearse seriamente la propuesta que flotaba la semana pasada en los corros del congreso de logística del automóvil de Santander de calcar el modelo y comenzar a hacer también con carácter periódico encuentros sectoriales para otros tráficos, como los contenedores, los graneles o incluso los cruceros. 

  • Última actualización
    28 septiembre 2018 18:58

El foro de Santander ha puesto de manifiesto la oportunidad que representa que clientes y proveedores de toda la cadena logística pongan sobre la mesa de manera franca y directa sus problemas y, además, que pulsemos cómo nos ven desde fuera grandes operadores mundiales. Lejos de grandes congresos generalistas y monomodales, el futuro creo que pasa por eventos especializados que analicen cadenas logísticas completas y que sean introspectivos, es decir, está muy bien recorrer el mundo e ir a grandes eventos internacionales para vender y ver qué se cuece a nivel global, pero necesitamos marcos de reflexión local para destripar nuestras incompetencias y alimentar nuestras eficiencias.Entre las primeras, vaya sorpresa, volvieron a salir los costes. ¿Saben una cosa? Los periodistas preguntamos siempre por el ansia de conocer, la emoción de descubrir y también por la esperanza de escuchar algo distinto o diferente a las mismas preguntas de siempre o, al menos, en este caso, para poner al entrevistado en el divertido reto de ver cómo vadea las aguas movedizas para, sin querer decir lo mismo, tratar de decir otra cosa creyendo que ha dicho esa otra cosa y, encima, que nos lo hemos creído.La pregunta paradigmática de esta situación es esa de: “¿Qué pesa más en la decisión de los clientes, el coste o la calidad?” Llevo quince años haciéndola y la respuesta siempre es la misma: “El coste es importante pero de un tiempo a esta parte la gente está empezando a priorizar la calidad”.Pues bien, como comprenderán quince años son mucho años para seguir “empezando”, por lo que me da a mí que nunca hemos empezado. Por eso me gustó la reflexión que pusieron sobre la mesa en el foro de Santander, sin complejos (para eso tienen la sartén por el mango), los fabricantes de automóviles: España ha mejorado mucho en calidad, es líder en este aspecto a nivel mundial, pero en la actualidad las decisiones se toman por razones de costes y principalmente por razones de costes logísticos, que es donde más se puede actuar y donde se considera que España más debe mejorar.Pero lo más importante de este planteamiento, acostumbrados a la asfixia por la asfixia, al “haga lo que sea pero reduzca los costes”, al “usted verá pero el de al lado me lo da más barato y si lo quieres...”, fue que se situó la mejora de los costes logísticos en el ámbito de la regulación y la inversión en infraestructuras, lo que convierte el reto de los costes no en un problema individual de eficiencia de cada empresa, sino en un reto estratégico como país.A este respecto, la carretera y el ferrocarril fueron objeto de las principales reclamaciones, el primero con el 25,25, propuesta que siempre será incompleta mientras no la acompañe la armonización europea; y el segundo con el ancho UIC, lamentablemente una cuestión, todavía, de medio y largo plazo.Mientras, la “obsesiva” estiba apenas fue mencionada en la preocupación por los costes. Sí se le demandó, en cambio, “flexibilidad”, que es a mi juicio la carencia más grave del constreñido régimen actual y la gran aportación que puede generar la reforma en ciernes. No nos dejemos distraer por la demagogia salarial.