Alejado el buque de la costa, ahora el sinvivir es si la mancha de fuel se alejará lo suficiente en el horizonte para que no la veamos más o si la naturaleza, pizpireta como es, hará cambiar las mareas y los vientos para que los 90 km actuales de distancia desde la costa a la mancha (por cierto, Greenpeace ha confirmado ya que el vertido se ve desde el espacio) queden a la mitad en medio día. De hecho, ayer por la mañana, los vientos impidieron la recogida de combustible. Habrá que cruzar los dedos.Por su parte, la Autoridad Portuaria de Las Palmas informó rápidamente de las acciones desarrolladas desde el primer aviso al Centro de Control con la incidencia del incendio en la sala de máquinas del pesquero. Se activó el plan de protección, se informó a todas las autoridades y, aún así, la ciudadanía sigue sin saber por qué se tomó la decisión de trasladar el buque mar adentro. Unos dicen que la acción ha salvado a la población porque un vertido dentro de puerto hubiera puesto en riesgo las desaladoras que atienden las necesidades de los habitantes de las islas. Otros se echan las manos a la cabeza y auguran lo peor para el ya maltrecho ecosistema marítimo. Y otros nos preguntamos por qué se hacen alardes de sistemas de recogida de fuel, se presentan uno, y otro, y otro, proyecto europeo sobre la gestión eficaz de incidentes como éste para que, al final, cuando sucede el accidente/suceso la solución sea la misma que se tomó hace 20 años. Increíble. ¿Acaso habrá tenido que ver el origen del buque en la decisión tomada por el Gobierno para alejar la nave de la costa? ¿Acaso los sistemas innovadores de recogidas de vertidos son demasiado caros para usarse en superficies tan grandes? ¿Acaso las soluciones las están dictando las aseguradoras del buque, marcando así los límites al gasto que cubrirá la póliza? Quizás estoy malpensando de más pero es que no puedo creerme que, con los tiempos que se han manejado entre el inicio del incendio hasta el hundimiento del buque, las soluciones hayan pasado por: sacarlo del puerto y esperar a que se hunda. ¿Nuestros políticos/gestores saben que el mar no es un agujero negro que traslada nuestras mierdas a una realidad paralela, no? Lo único positivo, si es que se puede apreciar algo positivo en lo que ha pasado, es que este suceso ha vuelto a abrir el debate sobre la necesidad de controlar los buques que surcan los mares, sus condiciones, revisiones, seguros y banderas de conveniencia. Eso sí, no seamos ingenuos, es harina de otro costal que este análisis suponga una mejora de la realidad marítima en un periodo corto de tiempo. Y lo mismo con que aparezca algún responsable a dar la cara si la marea negra regresa a tierra, afecta a una veintena de especies marinas (por decir una cifra) o el fuel duplique el área afectada al emulsionar con el agua salada.Y no me hagan hablar del deshielo del Ártico y las "nuevas posibles rutas marítimas que surgirán en los espacios entre los hielos"...