Menú
Suscripción

Lo que al final importa

Según la Asociación Española de Promoción del Transporte Marítimo de Corta Distancia, este modo de transporte ha capeado el temporal de la crisis económica de forma positiva, siendo uno de los pocos tráficos portuarios que lo ha logrado. De hecho, entre los años 2009 y 2013, el short sea shipping creció un 19,1% en la fachada mediterránea española, mientras que en la atlántica, donde se mueven menos volúmenes, aumentó un 21,8%.

  • Última actualización
    28 septiembre 2018 19:09

Es, sin duda, una buena noticia que un modo de transporte que ha demostrado ser más respetuoso con el medioambiente que la carretera, vaya ganando adeptos poco a poco. Pero al short sea shipping le queda todavía mucho camino por recorrer y no sería de recibo dormirse en los laureles al son de estos buenos resultados.La prueba es que, efectivamente, el transporte marítimo de corta distancia está funcionando bien en algunos puertos españoles, como es el caso de Barcelona, que fue pionero en estas lides, o Valencia, donde este modo ha crecido de forma consistente. Pero hay otros puertos en los que no ha conseguido cuajar. Y otros en los que cuaja mientras llueve el dinero de Europa pero en cuanto ésta cierra el grifo, pies para qué os quiero.Sorprendía la semana pasada en Tarragona, en una jornada sobre short sea shipping de la que se hizo eco este Diario en sus páginas, la disparidad de opiniones que había en torno al tema. Claro que todo depende del color con el que se mire la cosa, pero las diferencias en función de si hablaba un transportista, un cargador o un puerto eran realmente curiosas. Incluso si hablaba un puerto o lo hacía otro.Como he dicho unas líneas más arriba, hay puertos en los que a costa de sudores y lágrimas, para qué nos vamos a engañar, la cosa esta del short sea está funcionando bien, pero también es verdad que las empresas de transporte terrestre esgrimen elementos irrefutables para pensarse muy mucho el subir al barco sus camiones. Y de parecida opinión son los cargadores.Este lado de la cadena logística coincide invariablemente a la hora de exponer argumentos no ya en contra del short sea shipping, sino en favor del camión. Y es que la rapidez que impone el mercado en nuestros días hace que el hecho de que la mayoría de líneas de short sea no sean diarias se revele como todo un handicap para los operadores, abrumados por la rapidez de servicio que exige el cargador. También lamentan las empresas de transporte los daños que en ocasiones sufren sus equipos en los barcos y que, aunque haya cobertura de los mismos por parte de los seguros, impiden que la mercancía esté en tiempo y forma en su destino, lo que invalida el trabajo realizado en el resto de fases de la cadena logística. Y estas pérdidas, no solo económicas sino también de confianza del cliente, no las repara nadie.La casuística es variada y compleja por lo que, como ocurre siempre en la logística, lo mejor es cooperar al máximo entre las partes, repartiendo beneficios por igual pero asumiendo también de forma equitativa las deficiencias y errores entre todos. E intentar entender siempre las razones que tiene el que está en el otro lado de la mesa de negociación para tomar las decisiones que toman. Y guste o no, lo cierto es que el camión sigue siendo en muchas ocasiones el modo más fácil, más rápido y más simple. Y, si es así, es por el que va a optar tanto el operador logístico como el cargador que es quien, a fin de cuentas, es el dueño de lo que se transporta.