A veces los conflictos entre gremios se solventan a base de unión. Los colectivos más unidos tienen las de ganar. Por tanto, esa unión puede ser también un arma de doble filo. A veces la unión ajena nos bloquea nuestra capacidad de alcanzar lo que reivindicamos. Cuando no hay duda ninguna de que esa unidad resulta positiva es cuando se utiliza en objetivos tan innegablemente plausibles como salvar vidas. Es cierto que el sector ha "sufrido" a veces la contundente unión del colectivo estibador, que suele tirar de ella para sacar adelante sus objetivos. Algo, por otro lado, casi siempre, muy santo y muy sabio. En esta ocasión, se han unido para un fin altruista y solidario: salvar la vida de una niña del Distrito Marítimo de Valencia. Más allá de que se consiga sacar adelante el proyecto, se recaude lo que falta para poder pagarle la operación a Nayra, salga bien la intervención y la niña y su familia recuperen su calidad de vida, hay que analizar la iniciativa de Coordinadora Solidaria desde una mucho más amplia perspectiva. No entraremos en repetir las circunstancias de Nayra, bastante conocidas ya por todos, preferimos, como estamos haciendo, volcarnos en todo lo que esté en nuestra mano para echar un cable a tan ambiciosa y motivante iniciativa, de la que tienen todos los detalles en www.elpuertolateparanayra.com. Más allá de todo lo que ya hemos dicho y publicado, es importante destacar este nuevo ejemplo de que el potencial del colectivo logístico puede, y debe, ejercer la justa y necesaria responsabilidad con su entorno. Iniciativas como esta de Coordinadora Solidaria o como las que desarrolla Aportem, Puerto Solidario Valencia, consiguen, a través de la solidaridad responsable, un triple objetivo. Por un lado, se obtiene una excelente cosecha de valiosa buena imagen para el mundo portuario y logístico. Por otro lado, los logros son, o pueden ser, especialmente ambiciosos, por el enorme potencial de este sector. Y, por último, logran recordar a todos que la mayor parte de los problemas del mundo se podrían solucionar con la logística. Si se consiguiera que en origen o en destino, sencillamente, no se pusieran pegas al embarque o desembarque de mercancías de ayuda humanitaria, ni a su posterior traslado y entrega en destino final, probablemente no habría hambre en el mundo. Estoy seguro de que las empresas logísticas no tendrían mayor problema en destinar una parte de su capacidad de transporte a fines humanitarios. Si la mercancía pudiera ir de aquí a allí sin trabas corruptas de los gobiernos locales, todos estaríamos dispuestos a enviar lo que nos sobra a quienes lo necesitan. Una red de logísticos solidarios podrá conseguir los logros que se proponga. Ni siquiera haría falta que todos los logísticos solidarios estuvieran unidos, con que estuvieran coordinados, los objetivos a alcanzar podrían ser realmente altos. Con nosotros pueden contar. ¿Podemos contar contigo?