Hay muchas ópticas desde las que enfocar esta operación pero me van a permitir que me quede con la más romántica y, a la vez, la más mercantilista pues, en la era del imperio del márketing, la marca es un valor indiscutible.Es curioso que cuanto más crecen las empresas, cuantos más superlativas son sus cifras y cuanto más inabarcables son sus ratios, más insignificantes pueden parecer las raíces, la identidad común y el peso de cada uno de los cientos de miles de empleados en el devenir de esa compañía. No obstante, sorprende cómo grandes multinacionales con una sólida trayectoria mantienen intacta la fe en sus orígenes, en sus valores y en sus convicciones como ejes vertebradores de su espíritu común. Llámenlo fachada y márketing o llámenlo valores, pero está ahí. Me vale cualquier ejemplo, desde Apple hasta Maersk. Con independencia del paso del tiempo, del crecimiento orgánico y de las fusiones y adquisiciones, siempre aparece una raíz en la compañía que sigue alimentando el árbol.Los gurús del marketing esto lo pintan con decálogos y otros recursos pero, a menudo, lo resumen en la marca, un puñado de letras o incluso de siglas, de origen ignoto para la mayoría, que son capaces de sugerir miles de cosas o una sola pero trascendental: confianza.En este punto merece la pena analizar los orígenes y el devenir de TNT, en venta permanente en los últimos años. No olvidemos que ya se vendió en su momento la pata logística para alumbrar lo que hoy es CEVA.Fundada en Australia en 1946 por Ken Thomas como K.W. Thomas, hay una foto de aquella época que define a la perfección a la compañía, con una pequeña excavadora remolcando a uno de los camiones, atrapado en un barrizal. Es decir, una empresa que no se rinde. Y así ha sido, con sus raíces intactas pese a un devenir marcado por las fusiones y adquisiciones. Pronto fue rebautizada por su fundador como Thomas Nationwide Transport, es decir, TNT, y la marca resistió a la fusión con su principal competidor australiano, Alltrans, en 1967 - con cuyo fundador, Peter Emil Herbert Abeles, Thomas formó tándem hasta 1992- y resistió a su otra gran encrucijada, en 1996, tras su adquisición por el correo holandés (KPN). Incluso se sobrepuso al fracasado proceso de adquisición por parte de UPS en 2013.Ahora, 69 años después de su fundación, la marca TNT y todo lo que le insufló Ken Thomas (hablamos de alguien que fue de los primeros en crear un departamento de atención al cliente allá por la década de los 50) se enfrenta al que puede ser su último desafío, la adquisición por FedEx, que si finalmente se materializa será la definitiva. El acuerdo contempla que la marca TNT “se mantendrá por un tiempo razonable”, es decir, que desaparecerá en un tiempo razonable.¿Cuando muere una marca mueren sus valores? Quiero creer que lo importante son las personas, seguramente una gran aportación para la nueva FedEx.Lo que sí está claro es que todo hombre busca perdurar en el tiempo y Ken Thomas con su Thomas Nationwide Transport y apenas tres siglas lo había conseguido hasta el momento contra viento marea. El de ahora se antoja ya el que será el último reto.