Este pasado domingo, vecinos de ambos municipios vizcaínos, unidos alrededor de la plataforma Meatza, se han echado a la calle para manifestarse contra el paso de trenes de mercancías por sus localidades. Y lo han hecho con espíritu festivo y reivindicativo, poniendo al mal tiempo buena cara, a ritmo de pasodoble. Al ritmo de "El chacachá del tren" de sus paisanos de El Consorcio.Pero a diferencia del tren de lujo a Lisboa con portugueses galantes y revisores atentos y cumplidos al que cantaba El Consorcio, los vecinos de Ortuella y Trapagaran han dedicado su propio "chacachá" al tren de mercancías que, procedente del Puerto de Bilbao a través del túnel de Serantes, se prevé circule por sus municipios en un futuro cercano:"Con chatarra, gas químico y explosivo, nuestros pueblos ese tren va a atravesar, De Fomento ya lo tienen decidido, cuando pases por tu barrio lleva máscara anti-gas, A Ortuella y Trapagaran no nos van a j....porque tenemos claro que no queremos tren, Pues parece que aun así nos lo quieren meter, Gritemos todos juntos Merkantziarik ez !!!!" (¡ Mercancías no!), cantan en uno de sus estribillos. Es más que comprensible la preocupación de estos ciudadanos por las posibles consecuencias del accidente de un convoy ferroviario cargado con mercancías peligrosas al compartir con los trenes de pasajeros las vías más próximas a núcleos habitados y a edificios de viviendas. Por mucho que el riesgo sea mínimo; tan mínimo como el de que una escuela vuele por los aires a causa de una explosión de gas. Sin embargo, desgraciadamente, en Ortuella esto ocurrió y sus vecinos aún no lo han olvidado. ¡Cómo olvidarlo!En cuestiones tan sensibles como ésta resulta difícil, por tanto, conciliar el legítimo derecho de la ciudadanía a vivir sin más riesgos que los mínimamente necesarios (determinar cuáles son estos riesgos "necesarios" es el quid de la cuestión) con el deseado desarrollo económico y social en términos de sostenibilidad (he aquí otro concepto tan indispensable como vago). ¿Existe, pues, una alarma infundada entre los vecinos de Ortuella y Trapagaran por el paso de trenes de mercancías junto a sus domicilios? ¿Existe el "riesgo cero" de accidente? ¿Debe nuestra sociedad asumir este riesgo como un tributo por el bienestar? ¿Así, sin más? ¿O existen otras vías, otras soluciones? Es el eterno debate, que regresa en cuanto se presenta la ocasión.Precisamente, evitar esos posibles riesgos para la población, además de favorecer una mayor eficiencia logística, es uno de los objetivos del proyecto Variante Sur Ferroviaria (VSF) de mercancías para canalizar los flujos ferroportuarios con destino y origen en el Puerto de Bilbao, alejando el tráfico ferroviario de mercancías, peligrosas incluidas, de los núcleos urbanos. Por ello, el proyecto debería estar considerado como una inversión estratégica y prioritaria por el Ministerio de Fomento, a quien la Autoridad Portuaria de Bilbao y la comunidad portuaria bilbaína vienen reclamando su impulso y desarrollo desde hace años.La ministra Pastor se ha limitado a anunciar la apertura del túnel del Serantes, que ni resuelve las necesidades del puerto ni las de la población. La solución tiene tres letras (VSF)... y muchas cifras. Será eso porque si no, no se entiende.