Diseñado para el tráfico de mercancías, la misión del túnel de La Engaña era conectar el Cantábrico con el Mediterráneo, mucho antes de que los Corredores y las autopistas ferroviarias entraran en escena con sus manifiestos, sus lobbies y sus ayudas europeas. Tapiadas sus dos bocas, ni siquiera para Vía Verde ha podido ser recuperado. El túnel acabó por convertirse en un "monumento al engaño", al decir de los vecinos de la zona, aunque el nombre de La Engaña no le viene dado por eso sino por el río que discurre cercano a él.Desde la cima del monte Serantes se contempla una de las mejoras vistas del Abra exterior y del puerto de Bilbao, situado a sus pies. Desde hace unos cinco años, un túnel diseñado para el tráfico ferroviario de mercancías atraviesa el monte. Son 3.600 metros de galería soterrada y otros 400 metros en falso túnel que costaron al Ministerio de Fomento casi 50 millones de euros y que a fecha de hoy tiene, al igual que el túnel de La Engaña, sus bocas tapiadas. Sin vías ni catenaria. A un lado del túnel del Serantes, el Puerto de Bilbao, con su magna ampliación y su histórica reivindicación de una conexión ferroviaria eficaz con la Meseta. Al otro, la línea de cercanías de Renfe Barakaldo-Muskiz, una vía única por la que circulan 90 trenes diarios de pasajeros. Poca vía para tanto tren. El caso es que el túnel del Serantes se construyó para dar salida al tráfico de mercancías del Puerto del Bilbao, evitando el paso de los trenes por la línea de pasajeros Bilbao-Santurtzi. Pero una vez construido, trasladaría el problema a la línea Barakaldo-Muskiz, lo que generó un fuerte movimiento de oposición vecinal en los municipios por los que circularían los trenes de mercancías. El túnel del Serantes no puede entenderse aislado del proyecto de la Variante Sur Ferroviaria (VSF), inversión presupuestada en unos 600 millones de euros cuyo fin es desviar el trazado fuera de los núcleos urbanos. Todo parecía posible en los 90, cuando comenzó a gestarse el proyecto de la VSF al mismo tiempo que la ampliación del Puerto de Bilbao consumía fases hasta convertirse en la realidad actual. Sin embargo, la VSF es hoy un proyecto pendiente, necesario sí, pero cuyas posibilidades de ejecución parecen cada vez más remotas. 600 millones de euros tienen la culpa.Es una vieja aspiración del Puerto de Bilbao y de la comunidad portuaria la ejecución de la Variante Sur Ferroviaria. Y a falta de ella, parece que es intención del Ministerio de Fomento derribar los muros de ladrillo que ciegan las bocas del túnel del Serantes para abrirlo al tráfico. Cualquiera aplaudiría tal decisión. Pero es lógico pensar que si el túnel del Serantes fue diseñado como parte de un sistema ferroviario de doble vía exclusivo para las mercancías, su apertura a una vía única de pasajeros tal vez contribuya a empeorar la actual situación, lejos de mejorarla. Por ello, Fomento ha recogido la petición de realizar un estudio sobre el impacto que tendría en la capacidad ferroviaria del Puerto de Bilbao la apertura del túnel del Serantes. Mientras la VSF no sea una realidad y la apertura del túnel al tráfico no contribuya a mejorar la situación del Puerto de Bilbao y de los municipios afectados por dicha apertura, parece razonable pensar que el túnel siga tapiado. Aunque mientras llegan tiempos mejores, bien podrían aprovecharlo para Vía Verde, que el túnel de La Engaña ni siquiera sirve para eso.