Suficientes como para plantarse el lunes en el hub de amazon.es en San Fernando de Henares y soltar un discurso pleno de coherencia logística y, sobre todo, pleno de convencimiento, con el lujo añadido de saber fijar la Comunidad en el panorama logístico nacional y global y, además, decir que en estos años “se ha hecho mucho”, lo cual es discutible aunque argumentable.Al fin y al cabo, en algo se tenía que notar que durante los años de Esperanza Aguirre al frente de la Comunidad de Madrid fuera su por entonces vicepresidente el que siempre diera la cara logística en las presentaciones públicas de los grandes proyectos ligados a MPL, en unos tiempos en los que Aguirre sólo se sentía cómoda en los temas de mercancías si iba de la mano de Francisco Camps, una de las explicaciones más plausibles que se encuentran para la tibieza que la ex-presidenta siempre mostró hacia el Corredor Central. Mejor no levantar suspicacias con su gran aliado si en medio estaba un tema tan sensible como el Corredor Mediterráneo.El caso es que las palabras de Ignacio González el lunes podrían ser motivo de honda satisfacción generalizada por aquello de mostrar una clara y, en apariencia, nada impostada implicación en el desarrollo del sector logístico en la Comunidad de Madrid. Cómo decirlo, se mostró González como un “convencido”, como un gestor ganado para la causa del transporte y la logística y para la defensa de su papel estratégico para la economía y para sectores tan decisivos en el futuro como el comercio electrónico. Así lo expuso con claridad ante los responsable de uno de los líderes mundiales en esta materia, Amazon.Ahora bien, parece que tenemos claro el dónde estamos, pero aquí se ignora el de dónde venimos y, lo peor, siguen sin contarnos a dónde vamos.La foto fija es tan desconcertante como satisfactoria. Madrid sigue desarrollando suelo logístico, Madrid sigue atrayendo a la logística, Madrid sigue ganando peso logístico y Madrid sigue ganando chaché logístico. Los recientes megaproyectos de H&M y Amazon son el mejor ejemplo.¿Que qué está haciendo Madrid? Creo que nada. Lo importante es más bien qué no está haciendo. Es decir, lo más relevante es que la gran política logística ahora mismo de impulso es no entorpecer los proyectos, no molestar, es decir, eliminar burocracia, facilitar las tramitaciones de los proyectos y permitir acelerar las inversiones para lograr maximizar las implantaciones y la generación de riqueza y empleo.No es que sea una política ambiciosa capaz de dotar de un transfondo sólido a discursos tan bien empastados como el de Ignacio González el lunes, pero tampoco es moco de pavo. Muchos creen que la Administración lo que debe hacer, ante todo, es no molestar.Con todo, venimos de una política ambiciosa, de una arquitectura sin parangón tejida en torno a MPL y, ahora que ya no queda nada de eso, una estrategia de este estilo se antoja muy frágil. Máxime si cara al futuro tampoco asoma estrategia de ningún otro tipo ni en inversiones, ni en gestión, ni en promoción. Hay que aplaudir las buenas palabras, aunque se echa de menos esa estrategia.