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Escrito en el viento

Tener el viento de cara es una putada. Aunque tal vez sea peor tenerlo de costado. Se lo digo yo, que en cuanto la lluvia escampa me lanzo con mi ‘máquina’ de dos ruedas, tres platos y ocho piñones, a devorar kilómetros de carretera, pista, sendero o lo que se me ponga por delante. Suerte que en las zigzageantes carreteras del norte el viento cambia en cada recodo del camino y donde antes uno iba frenado ahora va lanzado. Vaya lo uno por lo otro.

  • Última actualización
    29 septiembre 2018 01:33

En cualquier caso, conviene asomarse al balcón antes de calzarse las zapatillas para comprobar la dirección y la intensidad del viento. Que no es por no ir, pero ir ‘pa ná’ es tontería, José Mota dixit.Pero puestos a citar, me vienen al pelo Bob Dylan, con “The answer, my friend, is blowin’ in the wind” (“La respuesta, amigo mío, está flotando en el viento”) o Rock Hudson y Lauren Bacall, en “Written in the wind” ( “Escrito en el viento”), para subrayar la influencia que un elemento de la naturaleza como el viento puede tener en nuestras vidas, tanto en nuestra faceta de consumidores de energía como de profesionales logísticos.Casualidad o no, el pasado viernes presencié  en el Puerto de Bilbao el embarque de la primera turbina eólica offshore (para instalación en el mar) fabricada por la española Gamesa y hoy mismo se inaugura en Bilbao Exhibition Centre la feria Sinaval, que incluye entre sus diferentes actividades la celebración de la Bilbao Marine Energy Week, planteada como un foro de encuentro de los diferentes eslabones de la cadena de valor del negocio renovable marino, donde promotores y proveedores tendrán la oportunidad de compartir experiencias y contrastar la visión del desarrollo de estas tecnologías a medio plazo.Conviene recordar que para el año 2020 se prevén inversiones de 150.000 millones de euros para parques eólicos marinos y la creación de 10.000 empleos en toda Europa.  Europa dispone de un enorme potencial de energía marina, con posibilidades de alcanzar 3,6 GW de capacidad instalada en 2020, y Euskadi prevé desarrollar para dicho año proyectos demostrativos en eólica marina flotante de hasta 50 MW de potencia instalada y 60 MW en energía de las olas. Como asegura Iberdrola, un líder en el negocio de las energías renovables, la eólica offshore es muy intensiva en capital y con períodos de maduración relativamente largos, lo que requiere más que nunca, además de fortaleza financiera y la minimización de los riesgos de desarrollo en un medio hostil como el mar, una apuesta decidida por las cadenas de suministro. En este sentido, además de mejorar y desarrollar las turbinas más eficientes, la energía offshore necesita progresar también en el campo de la logística, para así alcanzar los niveles de desarrollo esperados por todos.Iberdrola acomete actualmente un programa muy ambicioso en energía offshore, con el objetivo de ser una empresa de referencia en este sector, como ya hizo en la energía eólica onshore, en la que es líder mundial. La empresa va a realizar esta apuesta con prudencia, adaptando sus inversiones a los niveles de competitividad que esta energía alcance a lo largo de los próximos años.El mar no es solo el medio por donde se realiza más del 90% del comercio mundial sino que ofrece un alto potencial para el abastecimiento energético a través de la eólica marina y también mediante dispositivos captadores de olas. Esta nueva generación de energía eléctrica renovable aporta ventajas energéticas y medioambientales pero también una importante oportunidad para la industria y la logística. La respuesta flota en el viento, está escrita en él. Pero hay que saber leerlo, tanto si viene de cara como de costado o de cola.