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No es que no queramos...

La siempre interesantísima visita al CEPYC que tuve oportunidad de hacer la pasada semana con el Propeller Club Madrid (quiero agradecer de nuevo al director general del CEDEX, Mariano Navas, su atención con todos los miembros de la entidad) volvió por enésima vez a tocarme la fibra de la preocupante cuestión de la internacionalización del sector logístico español en todas sus dimensiones.

  • Última actualización
    29 septiembre 2018 01:46

Explicaba Navas cómo el CEDEX ha pasado en los últimos tiempos de centrar la práctica totalidad de sus trabajos en el ámbito nacional a tener en estos momentos ya la mayor parte de los proyectos con origen en la esfera internacional, un salto cualitativo importantísimo desde el punto de vista de la generación de negocio para España y, sobre todo, de puesta en valor ante el mundo de nuestro know how en materia de I+D+i.Se enmarca esta evolución en lo que yo creo que es, sin duda, uno de los grandes aciertos de la ministra de Fomento, Ana Pastor, volcada en la internacionalización española en todos los ámbitos de su competencia, de obra y de palabra, como ponen de manifiesto sus cuasi “misiones comerciales” de los últimos meses. Gran paso es echar andar.El camino por recorrer, en todo caso, es inmenso y mucho más acuciante de lo que de por sí nos creemos.Cualquiera, en una circunstancia como la que vive España, dentro de esos tópicos análisis DAFO para definir la forma de sacarnos del agujero, correría con candor y voluntarismo a colocar el tema este de la internacionalización en el cajón de las “Oportunidades”, como si el mañana fuera primavera y la verdad estuviera ahí fuera.El tema es que, ahora mismo, lo de la internacionalización del sector logístico español es mucho más que una oportunidad, ni tan siquiera es un clavo ardiendo, aunque nuestra economía a nivel general se esté aferrando a él para mantenernos a flote. La internacionalización como reto es un arroz que ya se nos pasó hace tiempo.Para el sector logístico español la internacionalización, o más bien la falta de ella, es ya un grave problema, un déficit multiplicado porque más allá de que nos estemos internacionalizando más o menos, en el tema concreto de las empresas proveedoras de servicios logísticos lo que está pasando es que estamos perdiendo nuestro potencial internacionalizador, sencillamente porque, tal y como subrayé desde esta misma columna hace unas semanas, lo poco internacionalizable que había o lo están comprando operadores extranjeros o se está muriendo. El reto ahora mismo no es ya cómo nos asomamos al campo de amapolas, sino ver si tiene sentido y llegamos a tiempo de frenar una sangría que nos debilita como país y, lo que es más importante, como economía.Permítanme que vuelva a la rueda de prensa de la Transport Logistic de hace dos semanas. Se prevén 31 expositores españoles, de lo cuales sólo 10 son empresas privadas. Repito: sólo 10 empresas privadas van a figurar como españolas en la mayor feria logística de Europa. ¿Un fracaso de la Transport Logistic? ¿Es que a los españoles no nos interesa la feria? ¿Es que no es adecuada?No, no. Sencillamente lo que pasa es que, salvo honrosas excepciones, no hay prácticamente operadores españoles internacionalizados. No es que no queramos llevar 40 empresas, por decir un número, es que no las tenemos, pues lo que ocupa nuestro mercado son mayoritariamente pymes y grandes multinacionales extranjeras.“¡Pero irán visitantes profesionales!” Les dejo el dato: 270 hubo en 2011. 270 españoles entre 50.000, un 0,5%. Si no tenemos un problema, ustedes dirán.