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Los camioneros

Se nos van, uno tras otro. Salen de escena haciendo un último mutis y uno no se hace a la idea de que el telón no volverá a subir para la ovación final. Pero no nos dejan del todo. Imposible olvidarlos. Este domingo se nos fue Pepe Sancho. Antes dijeron adiós María Asquerino, Tony Leblanc,  Fernando Guillén,  Juan Luis Galiardo, Sancho Gracia...

  • Última actualización
    29 septiembre 2018 01:55

Estos y tantos otros, seguirán siendo memoria viva de varias generaciones, incluida la mía.  Por eso, sentí un fuerte escalofrío, un latigazo seco de nostalgia, al volver a escuchar hace unos días en TVE  la sintonía de Antón García Abril para “Los Camioneros”,  serie dirigida por Mario Camus y protagonizada por Sancho Gracia, que allá por 1973 compuso los fotogramas de mis primeros recuerdos, aún en blanco y negro. He visto ahora algún capítulo en color en el canal TVE HD y otros más en Youtube.  Y no he podido evitar transcribir algunos diálogos. Han pasado 40 años. Apenas había autovías entonces y el Pegaso de Paco (Sancho Gracia) se abría camino por carreteras nacionales y secundarias mal asfaltadas y peor señalizadas. Sin cinturón de seguridad, ni directivas de descanso o tacógrafo digital.  Bastaba un paquete de Ducados. Carretera y manta. Otras cosas no han cambiado tanto. En el capítulo “La escapada de un viejo corredor”,  Paco habla con su socio Fermín (Manolo Zarzo) sobre la compra de un camión:- Damos una entrada del 30% y el resto a plazos. Yo tengo mi parte, ¿y tu?-Podría conseguirlo pero es empeñarse para mucho tiempo. Además, con un 17 toneladas tendríamos que hacer paquetería y ya sabes qué es eso... andar por libre y con las agencias en contra...-Tenemos que conseguir un préstamo a más tiempo. De alguna forma hay que empezar. El que no se arriesga...- Trabajar por cuenta propia tiene sus riesgos. Si no cuentas con las agencias no consigues portes y si trabajas con ellas hay que pagar comisión. Si a todo esto añades los plazos del camión...En otro instante, Paco sube a un ciclista a la cabina y le habla de la profesión:- Todos los camioneros tenemos el estómago estropeado. Y no de beber. Es por salir zumbando justo después de haber comido. Nunca hacemos bien la digestión y con la tensión que hay en esto...En “Quince toneladas de madera y una mujer”, un amigo de Paco, marinero reconvertido a camionero, se confiesa: - Estuve de 1942 a 1958 llevando madera por el Cantábrico en pequeños cargueros. Recogíamos troncos en puertos de pequeño calado para bordear la costa y los llevábamos a El Musel o Santander.  No debí dejar el mar pero aquello había bajado mucho, el transporte era demasiado lento para competir con los camiones.En el capítulo “Puesta a punto de un conductor”,  Paco supera las pruebas y en su primera ruta, al volante del Pegaso, su instructor (interpretado por el fallecido Alberto de Mendoza), le alecciona:- Es muy duro este trabajo y vas a pasar malos ratos pero siempre se sale adelante.  Ahora te vas a dar cuenta de lo que es el sueño agarrado al volante; de lo que es cambiar una rueda en la nieve con 20, 30 o 60 toneladas encima; de lo que es llevar un volumen de carga que sobrepase con mucho la cabina y de que el viento te lleve de un lado a otro de la carretera; de lo que es pasar por una ciudad y no poder mirarla; de lo que es hacer un buen trabajo por el gusto de hacerlo sin que nadie te vigile, y hacerlo bien. Es muy dura esta profesión pero abres la ventanilla...y entra el aire.