Hasta ahora, todas las voces pro Corredor Mediterráneo pedían insistentemente la construcción de la vía ferroviaria que nos debe sacar del aislamiento que vivimos con respecto al resto de Europa en esto del transporte de mercancías por tren. Pero pocos se habían preocupado, o al menos no públicamente, de lo que vendrá después. Es decir, de la gestión de la infraestructura cuando ésta ya esté lista y de cómo sacarle el máximo partido para que el Corredor sea, realmente, un revulsivo de nuestra maltrecha economía.Es cierto que ha habido empresas privadas que se han mostrado muy activas en esto del Corredor Mediterráneo y del ancho UIC, como puede ser el caso de la firma automovilística Seat, y seguro que tienen muy claro qué es lo que harán una vez puedan mover sus coches en tren hasta el corazón de Europa -sin cambiar de ancho de vía, obviamente-.Pero las diferentes administraciones públicas implicadas en el tema no habían hilvanado hasta ahora un discurso sobre cómo se va a vertebrar toda esta infraestructura para hacer crecer la economía, que es el fin último de la cosa.La Generalitat de Catalunya dio un primer paso en este sentido la semana pasada, haciendo pública la puesta en marcha de lo que ha llamado Observatorio del Corredor Mediterráneo.Por el momento, lo que sabemos es que este observatorio debe actuar como una especie de aglutinador de intereses para poder tener una visión global de las posibilidades que ofrece el Corredor y de las necesidades de los agentes económicos en relación con él, de forma que estas necesidades se puedan cubrir y, así, generar oportunidades de negocio reales.Para serles sincera, lo primero que me vino a la mente cuando oí el vocablo "observatorio" en boca del conseller Santi Vila, que fue el encargado de presentarlo, fue "¿Otro observatorio?". Porque la verdad es que el nombre me trae reminiscencias de todas esas cosas que se ponen en marcha para observar no sé qué y que, a la larga, sirven para poco más que para presentar una serie larguísima de datos de los que nadie extrae conclusiones que se trasladen al terreno práctico. Además, en Catalunya ya hay un Observatorio de la Logística y, en tanto que el Corredor Mediterráneo es en esencia un corredor logístico su observación podría haber quedado incluida en él. Sin embargo, el conseller Vila disipó el escepticismo y la duda al explicar, por un lado, que el Observatorio del Corredor recogerá las necesidades que el tejido empresarial expone a la Generalitat en reuniones periódicas que mantienen ambas partes para intentar darles respuesta. Y, por otro, que el Observatorio de la Logística quedaría incluido en el del Corredor. Y supongo que, en este caso, tanto monta, monta tanto, Isabel como Fernando.Quizás sería interesante que este observatorio se ampliará a todas las zonas que se van a ver beneficiadas por el paso del Corredor Mediterráneo para tener una visión más amplia de estas necesidades y, a la vez, poder ofrecer al mundo un mayor potencial como gran plataforma logística. Eso atraería aún más negocio.