Se refería McLuhan con esto de la aldea global a la forma en que las nuevas tecnologías de la comunicación han transformado la percepción que tenemos del mundo y nuestra relación con personas y lugares lejanos.Varias décadas después de que McLuhan desarrollara este concepto, han surgido nuevas formas de comunicación relacionadas con las nuevas tecnologías, principalmente internet, que siguen cambiando el modo en el que nos relacionamos con otras sociedades, zonas geográficas o culturas, cercanas o distantes de nosotros.Y lo cierto es que la aldea global es cada vez más aldea. O, dicho de otro modo, el mundo es un pañuelo cada vez más pequeño.Y viene esto a colación porque el hecho de que las dimensiones del planeta, sino físicas si de percepción, se vayan reduciendo hace que cada vez haya que ser más imaginativo a la hora de inventar. Y la expresión de aldea global seguramente no debería aplicarse únicamente a aquello relacionado con las nuevas tecnologías, sino también a lo que va ligado a la nueva logística mundial que se aplica en el comercio internacional.Todo esto me venía a la cabeza la semana pasada cuando leía que el puerto italiano de Gioia Tauro acababa de firmar un acuerdo con el Shanghai International Port Group, sociedad que gestiona las terminales públicas del Puerto de Shanghai, para promover la ruta mediterránea en los tráficos este-oeste en detrimento de la transpacífica. Ello era posible gracias a un acuerdo previo que Gioia Tauro había firmado con la Autoridad Portuaria de Nueva York, cuyos representantes estaban, además, presentes en la firma del pacto entre italianos y chinos.La idea en si no es nueva, ya que Panamá la lleva vendiendo desde hace tiempo, postulando su canal ampliado como el paso ideal para llevar cargas desde Asia hacia la costa oeste de América, pasando por el canal de Suez, el Mediterráneo y el Atlántico, alegando para ello más rapidez en el transporte.Y también la han defendido otros puertos como el de Barcelona, que se han postulado como hub logístico idóneo para transbordar mercancías procedentes de Asia con destino a América.Pero lo que si es novedoso, o al menos así lo considero, es que tres puertos de tres continentes diferentes se hayan puesto de acuerdo en potenciar esta ruta y más teniendo en cuenta que, mientras a italianos y neoyorquinos obviamente les puede salir rentable el negocio, los chinos, a priori, moverían hacia América las mismas cargas, bien sea en una ruta transpacífica o en una transmediterránea primero y transatlántica, después.Ya ven que captar tráfico es cada día más difícil y se requieren de estrategias y planificaciones logísticas complejas. ¿Será que la logística es lo que mueve realmente el mundo aunque a veces no nos demos ni cuenta?