La rutina, por ejemplo, es uno de los peores enemigos que podemos toparnos. Intenten recordar, en sus respectivos trabajos, cuántas cosas "que se hacen así de toda la vida" han sido eliminadas rápidamente en cuanto alguien ha descubierto su ineficiencia. Muchísimas, seguro.La rutina es esa calma chicha que amodorra, que no deja pensar porque en su dinámica uno se encuentra seguro y le otorga la pereza suficiente como para ni siquiera plantearse alternativas.Por nuestro bien, conviene ir desterrando este mal endémico de todo el sistema. Muchas empresas privadas trabajan desde hace años para conseguirlo e incluso articulan mecanismos para detectar a tiempo estas ineficiencias (es cuestión de supervivencia); en otros lugares (administraciones y derivados) la rutina pesa tanto que uno se cansa nada más de pensar en todo lo que hay que hacer para intentar cambiar una mínima parte del proceso.Y primos hermanos de la rutina son los famosos "porque hay que estar" o "porque es así", sentencias típicas del que no sabe exactamente por qué hace las cosas y ni se atreve a planteárselo, no sea cosa que descubra que no tiene ningún sentido.En estas andaba yo el otro día mientras "paseaba" (más bien perseguía a la comitiva oficial) por el Salón Internacional de la Cerámica, Cevisama, el día de su inauguración. Intentaba imaginar los razonamientos de las empresas que han decidido dejar de exponer en esta y en otras muchas ferias (porque no se salva casi ninguna).No hace falta que les diga que la crisis ha sido el detonante que ha llevado a cientos de empresas a cuestionarse su acción comercial directa como expositores en certámenes de este tipo, pero seguramente otras muchas ante la necesidad de revisar su estrategia descubrieron que quizás había otra fórmula diferente a la utilizada durante "toda la vida, porque es así o porque hay que estar".Para quien piense que esto es una rajada en toda regla en contra de ferias y certámenes, les adelanto que se equivocan. Me considero un defensor a ultranza de las bondades de este tipo de citas, siempre y cuando vayan acompañadas de una reflexión previa y de un plan de actuación concreto.Y si alguien cree que debe seguir estando en esta o aquella feria "porque hay que estar", sería un buen momento ahora para articular alguna medida para que esa presencia sea diferente y algo más productiva.Se me ocurren, por ejemplo, stands institucionales al servicio de las empresas a las que representan; ofrecer mini espacios por días e incluso por horas a esas empresas que jamás podrían plantearse una estancia prolongada en feria pero que estarían dispuestas a pagar por tener cierto espacio un determinado tiempo.Lo sé, todo está inventado. Hay muy buenos profesionales tratando de organizar buenas ferias y ofreciendo todo tipo de ventajas. Quizás sea el momento de prestar atención a las oportunidades para no volver a caer en la rutina.