No era la solución que pedían los socios de Transcont pero sirvió para que éstos tuvieran esperanza ante tanto silencio administrativo. Por lo menos, alguien de la administración central parece escuchar, y lo que es más importante, entender que el transporte terrestre necesita ayuda en asuntos que exceden de su control, porque ¿cómo se van a enfrentar a los clientes con la amenaza de la denuncia en asuntos como el sobrepeso? Está claro que es lo que deberían hacer en un mundo ideal, donde el cumplimiento de la ley fuera una máxima, pero, seamos sinceros y realistas, hoy por hoy, los cargadores, esos que no están en tierras europeas, meten en los contenedores centenares de kilos de más sin inmutarse. Les da lo mismo. Si la Aduana, si la Agencia Tributaria, se pusiera seria, ¿cuántas documentaciones falsas, si quieren por no ser tan duros digamos incorrectas, nos encontraríamos? ¿Cuantos contenedores quedarían fuera de la legalidad por superar en poco o en mucho el tope máximo? No creo que fueran pocos. De esto, el sector logístico-portuario español no tiene la culpa. El mercado es muy competitivo y el movimiento de algunas navieras entre los puertos, sobre todo en el Mediterráneo, se hace con descaro y a golpe de resultados inmediatos. Sabemos lo que son las llamadas reestructuraciones de escalas perfectamente. Cualquier movimiento que pueda molestar o alterar el ritmo de un cargador hace que se lleve su montante a otro puerto, uno que sea más permisivo, menos beligerante o, como ellos lo denominan, más competitivo. Mentiras burdas para presionar a los logísticos y, lo que es más grave, a los gobiernos.En medio de todo el conflicto, sigo sin ver que la solución pase porque España enarbole la bandera de la legalidad y se ponga a dar lecciones de control al resto de socios europeos, más que nada porque se relamerían los labios al pensar en las toneladas que se irían para sus lides, pero, está claro, que algo hay que hacer antes de que tengamos una desgracia, en la carretera o en alguna de las terminales portuarias.Mientras en Madrid se debate del transporte, en Valencia inauguraremos esta mañana la nueva edición de Cevisama. El salón internacional de la cerámica ha anunciado que dejará de andar en solitario para fusionarse con Habitat y FIMMA-Maderalia en 2014. Las ferias del mueble, la cerámica y la madera unen sus fuerzas bajo el concepto "todo habitat". La organización argumenta que lo hacen para unir sinergias, evidentemente, los clientes de Feria Valencia se han resentido (se reducen las superficies contratadas y la asistencia a los certámenes) pero integrándolas ¿no se perderá la voz de cada colectivo? En una semana se tendrán que escuchar todos los proyectos, todas las ofertas, todos los retos y, señores, no es lo mismo transportar baldosas cerámicas que lámparas, mantas o divanes. Tal vez me equivoque y sea lo mejor, o tal vez sea una medida rectificable si la cosa cambia. Y sí, no sean negativos, seguro que si cambia será a mejor.