Y, ciertamente, las últimas noticias que hemos ido viendo y/o oyendo estos últimos días no dejan mucho margen para la esperanza. Al menos a nivel general.A nivel logístico, sin embargo, leía el viernes los datos relativos a un índice de confianza internacional sobre los sectores marítimo y aéreo y, aunque los porcentajes que presentaba no eran extraordinariamente elevados, si que denotaban una mejora de la percepción que tienen cargadores y transitarios internacionales en lo que respecta a la evolución a corto y medio plazo de la economía.Estoy hablando del Stifel Nicolaus Logistics Confidence Index, elaborado por Transport Intelligence y Stifel Nicolaus, que en su última encuesta mensual, correspondiente a este mes de enero, señala que se trata del tercer mes consecutivo en el que este índice de confianza crece.Bien es verdad que el índice, barómetro importante para detectar la salud y la trayectoria de los movimientos internacionales de mercancías, muestra un clima de confianza que es todavía inferior a lo que debería para esta época del año, tal y como señalan las empresas responsables del mismo.Pero también es verdad que, por primera vez en ocho meses, crece la confianza sobre la evolución que se espera en el transporte aéreo de mercancías.Esto supone, por tanto, un interesante punto de inflexión y, de hecho, si la teoría con la que comenzaba este artículo es cierta –esa de que la confianza es quizás la barrera que nos impide tomar las decisiones necesarias para volver a la senda del crecimiento– podrían estar poniéndose las bases para un crecimiento real futuro.Más positivos son los datos relativos al transporte de mercancías por vía marítima. En este caso, tanto cargadores como transitarios hace ya más tiempo que, poco a poco, han ido ganando en seguridad.El índice de confianza respecto a este sector ha superado ya el 50%, incrementándose un 3,5% en el último mes. En este caso, las rutas Asia-Europa son las que arrojan unas expectativas mejores, aunque también se certifica una mejora en los índices de confianza relativos a los tráficos entre Europa y Estados Unidos.Vemos, en cualquier caso, que aunque la mejora de la confianza por parte de las empresas sigue siendo modesta, no es menos cierto que este aumento de confianza existe. Por tanto, esto podría llevarnos a una mejora gradual de la economía a nivel global lo que, sin duda, tiene también una repercusión a nivel local.Si a eso uniéramos también la recuperación en la confianza en nuestras instituciones, podríamos concluir que la crisis está realmente empezando a ser historia. Aunque por lo pronto esta última cuestión parece algo más complicada de solventar.