En primer lugar, gran parte de este nuevo suelo ya es viejo. Toda la ampliación sur lleva años urbanizada criando rastrojos sin haber podido ser comercializada y no olvidemos que la crisis fue posterior a su puesta a disposición.Y lo mismo le sucede a la zona de entrepistas, desde hace años el futuro destino de IAG Cargo, cuyo proyecto de nueva plataforma sigue en el limbo sin que nadie acierte a confirmar si se retoma. La experiencia nos demuestra que ni tener suelo disponible ni tener los proyectos dibujados son garantía suficiente. En segundo lugar, desarrollar suelo en Barajas puede servir simplemente para recolocar piezas en el mapa y descoyuntar todas las sinergias que otorga la concentración en un mismo espacio.DHL y Correos van a liderar la implantación en la Rampa 7 con nuevas y optimizadas instalaciones pero, a su vez, van a dejar vacías sus plataformas de primer línea en el CCA. Y lo mismo sucedería en el caso de IAG Cargo con el actual terminal de Iberia.La primera línea del Centro de Carga Aérea amenaza, por tanto, con despoblarse y esto podría provocar una pérdida de valor en cascada de la actual segunda línea. Ante la tesitura de abandonar su actual ubicación, ¿dónde se irían los operadores de segunda línea? ¿A la ampliación sur, demasiado próxima para merecer la pena el traslado? ¿A la zona de entrepistas, con la complejidad que pueden comportar los accesos y su aislamiento? ¿A la futura zona norte de la T4, en la otra punta? ¿No existe, por tanto, un grave riesgo operativo y de eficiencia ante una posible dispersión?Dicho todo esto, hay dos cuestiones transversales aún más relevantes.En primer lugar, causa cierto temor el enfoque comercial que AENA pueda darle a la comercialización de este suelo calificado de alto valor. Si cuando AENA era enteramente pública y su único horizonte debía ser el servicio público llegó a definir una política comercial en el CCA de Barajas con unos precios elevadísimos y que generaban rechazo, ¿qué puede llegar a suceder ahora que este suelo es tanto o más atractivo y AENA está obligada todos los años a repartir dividendos entre sus accionistas? Transitarios de segunda línea y hasta couriers de primera línea han demostrado que no pasa nada si no se está en Barajas o no se tiene una macroterminal. Ojo con la ambición comercial, que puede vaciar los nuevos desarrollos.Y, en segundo lugar, ojo con no dotar al aeropuerto de otras herramientas reales de competitividad para generar actividad. Insisto: el suelo no basta. Es más, Madrid necesita otras cosas más urgentes que suelo, como el PIF, el desarrollo de la comunidad de carga o un plan comercial de mercancías, cuestiones que si no se resuelven convertirán en burbuja este fervor inmobiliario.