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Gobernar para todos

Cierto es que nunca llueve a gusto de todos, que si nos tapamos la cabeza nos destapamos los pies y que más vale pájaro en mano que ciento volando... y es que cuando se trata de los Presupuestos Generales del Estado, el refranero popular español siempre se nos va a quedar corto.

  • Última actualización
    05 abril 2018 00:00

Tan corto como el importe de las partidas presupuestarias que unos y otros se empeñan en calificar de paupérrimas como si no hubiera un mañana. De hecho, aunque estaría encantado de rectificar, no me consta que nadie haya manifestado su satisfacción plena con el proyecto que el martes presentó el ministro Montoro a lo largo y ancho de media mañana. Que digo yo, que manejarse en una rueda de prensa de este representante ministerial es casi tan complejo como bucear entre los tomos de los PGE hasta encontrar lo que buscas. Una odisea, vamos.Entre tanto discurso presupuestario obtuso, uno no puede más que recordar aquellas viejas tesis de Ciencias Políticas que afirmaban que "da igual lo que hagas porque siempre hay alguien que lo veía venir" o, traducido al idioma pecuniario, "no importa cuánto porque nunca será suficiente".Ahora bien, estas teorías, que podríamos llegar a comprender, no pueden ser atenuante en la definición y cristalización de unos Presupuestos Generales del Estado que se han mostrado ante la opinión pública como lo que son: un montón de respuestas políticas e intercambio de favores que poco tienen que ver con el interés general o que no parecen ser la respuesta a un análisis detenido y riguroso de cada una de las necesidades.Nunca nos cansaremos de repetir que en cuanto la política entra por la puerta, la lógica salta por la ventana. La etimología de la palabra logística nos traslada al latín "logisticus" en un significado referido a la computación o al cálculo. Más atrás, nos encontramos con la acepción griega de "logistikós" que se refería al cálculo a través del razonamiento. De raíz común, lógica y logística se entrecruzan a lo largo de los años hasta configurarse como independientes, aunque estrechamente relacionadas.Los muchos y muy buenos profesionales que se dedican al mundo de la logística, saben bien que su trabajo dejaría de tener sentido si no se sujetara en grandes dosis de lógica.Y aquí es donde todo se desmorona. ¿Qué lógica cabe esperar de unos presupuestos que, según partidas, apelan a criterios aleatorios y subjetivos para distribuir fondos?He tratado de comprenderlo todo, le he dado muchas vueltas a todo eso de la compensación regional, a la vertebración, a la distribución según determinados criterios... y no me salen las cuentas. ¿Por qué, una vez más, siempre salen perjudicados los mismos? ¿Por qué, una vez más, siempre se benefician los mismos?Será que es así. Será que el pataleo, según su intensidad, es más efectivo en unas regiones que en otras o más consistente en unos sectores que en otros. O será que gobernar para todos es algo que, evidentemente, no genera votos.No me hagan poner ejemplos porque, como decía antes, tengo la certeza de que todos y cada uno tenemos argumentos suficientes como para reclamar más y mejores inversiones, pero como sector logístico deberíamos ser capaces de exigir un poco más de cariño por parte de quienes se encargan de repartirlo. No solo es por nosotros, que también, se trata de la prosperidad económica y social que tanto necesitamos.