Menú
Suscripción

El lobo luxemburgués

A muchos directivos del sector, incluyendo a más de un presidente de autoridad portuaria de las gordas y a algún que otro director comercial, se lo he dicho alguna vez: no os toméis esto tan en serio. Y es que, el sector logístico en general, además de ser muy pero que muy importante, se cree, en algunos de sus directivos, que es más importante todavía. Y tampoco es eso.

  • Última actualización
    14 julio 2017 00:00

Una sonrisa, esa es la fórmula. Una simple sonrisa para luchar contra todas las distorsiones que generan las macromagnitudes logísticas. Cogemos concretos sofocos, intensos e hiposos, por este real decreto o por aquella real huelga. En la defensa a muerte de las empresas. En el apoyo hasta el infinito y más allá a los portuarios. O en loar a ultranza toda la seriedad del tribunal de Luxemburgo. Y una y otra vez comprobamos y confirmamos que el sector... es el sector. Hasta el día de hoy, mil veces ha parecido que las cosas que deben hacerse de otra forma, se podían hacer de otra forma. Y se montan conflictos y se hacen declaraciones y se enarbolan banderas definitivas. Y al final no pasa nada. Los líderes sindicales de la estiba pasan a mejor vida, quiero decir que se jubilan, en cuanto te descuidas. Las asociaciones empresariales en las pocas veces que han de servir para algo importante, se reinventan... y a seguir. Y del magno, serio, rotundo, sesudo y divino de la muerte tribunal de Luxemburgo... qué me dicen. Otros que se suman a lo de que aquí no pasa nada, y que siga la fiesta. Resulta que te pueden poner una multa de 24 millones de euros o de tres. Manda huevos. Y nosotros que creíamos que eran serios. Otros que tal. Sabemos que la segunda cosa más inútil que un vicepresidente de los Estados Unidos es la justicia internacional. Pero no sabíamos que podía llegar a ser tan laxa, tan pusilánime. Disculpen el tono, pero estoy muy enfadado conmigo, por haber tomado esto en serio yo también, un poco, un rato. El sector es lo que es. Y sigue vivo, como decíamos en anteriores escritos, por el baile agarrao, por las distancias cortas, por el cuchicheo al oído. El sector es grande y es serio, pero los representantes de sus actores no lo son. Aún así, el sector sigue adelante. Quizás lo haga precisamente por eso, por no ser serio, por funcionar así, de esa manera. Además de recordar la inmensa pena que produce que un sector con tantas posibilidades se quede sin desarrollarlas, hemos de repetirnos que está bien así, que sea lo que Dios quiera, que no vale la pena enfadarse. Al gobierno le valen así las cosas; a las empresas... según qué empresas y en qué momento; a los portuarios les va de perlas y a la CE como que le importa la cosa cero o casi. No vamos a ser nosotros los que nos rompamos la camisa. Aunque... lo hacemos, es cierto, artículo sí y artículo también. Escribo todo esto para ver si al fin aplico mi consejo y relativizo. Lo que no puede ser no puede ser, y además es imposible. No crean que hubiera preferido o no que Luxemburgo mantuviera su multa. Lo que hubiera preferido es que al menos ellos fueran algo más serios. No estamos para cuentos de que viene el lobo, cuando el lobo competitividad se nos está comiendo los tráficos en bocados de a cien mil TEUs cada uno. Pues nada, a seguir así.