Cevisama 2019 abrió ayer sus puertas y lo hizo con la mayor de las tranquilidades posibles (para mi sorpresa, para qué les voy a engañar). Lejos parecen quedar las colas en los accesos, los aparcamientos saturados y los visitantes desquiciados por estar llegando tarde a sus citas programadas. Mejor, pero... Y aquí empieza la paranoia: Esta paz en la entrada a la feria ¿es porque no está viniendo la gente que estaba prevista? Madre mía, ¿Cevisama va a pinchar en un año en el que está llamada a superar los 100.000 visitantes? Ja ja ja... así somos los humanos: locura máxima cuando hacía apenas tres horas que se había inaugurado el salón en Feria Valencia. Cómo nos gusta angustiarnos.
Las previsiones son optimistas y la contratación de espacio expositivo ha alcanzado los hitos marcados por el comité organizador (a saber: 793 expositores, de los cuales 251 son empresas extranjeras, que se reparten por los 120.000 metros cuadrados de pabellones), así que esta semana tiene pinta de consolidarse como la semana de Cevisama. Por cierto, veremos qué tal funciona el cambio de fecha, dicen que se ha hecho para garantizar más volúmenes en las contrataciones anuales porque con las fechas de febrero se perdían opciones. Veremos, veremos.
Mientras tanto, nos deleitamos con las declaraciones de los políticos que ayer inauguraron el salón “que reúne a la industria cerámica, sector clave para la economía valenciana”, subrayaron todos ellos. Y digo “todos” porque ayer estuvieron en Feria Valencia: la ministra de Industria, Reyes Maroto; el president de la Generalitat, Ximo Puig; el presidente de las Cortes Valencianas, Enric Morera; el conseller de Economía Sostenible, Rafael Climent; la consellera de Vivienda, María José Salvador; el alcalde de Valencia, Joan Ribó y la concejala de Desarrollo Económico Sostenible, Sandra Gómez, entre otros.
Ximo Puig abogó por intensificar las relaciones entre la Generalitat y la industria cerámica para dar impulso al sector por lo que apostó por generar, junto al Ministerio de Industria, la Asociación Española de Fabricantes de Azulejos y Pavimentos Cerámicos (ASCER) y las entidades locales, una plataforma de apoyo constante a las empresas cerámicas. ¿Estaría bien que esto se produjera? Obviamente sí. ¿Creen que se llevará a cabo?.. Bueno, ahí la cosa ya no está tan clara.
Lo que sí es seguro es que las empresas fabricantes y exportadoras están preocupadas. La situación no es la esperada hace un año. El comercio internacional se ha ralentizado desde el verano y no se sabe cuándo se revertirá la tendencia. “Este año la incertidumbre será una constante: es la única certeza que tenemos”, así hablaba a este Diario el presidente de ASCER, Vicente Nomdedeu Lluesma (pueden leer la entrevista completa en nuestro Informe de Cevisama 2019).
Además, la competencia internacional es voraz y países como Argelia, Egipto, Túnez o Marruecos están apostando por el proteccionismo, aumentando los obstáculos para limitar el comercio. Por no hablar del Brexit. Por todo ello, ASCER subraya que es imprescindible un plan estatal de Industria que apoye al tejido industrial, que reduzca trabas, que impulse su competitividad y que respalde la inversión en innovación. Pero la ministra solo vino a recordar la medida del Gobierno de prorrogar por dos años la vida útil de las plantas de cogeneración, medida insuficiente para el colectivo empresarial que necesita una propuesta más a largo plazo para poder tomar decisiones de inversión destacadas. Tanto rollo con destacar que en Cevisama se reúne la tercera industria con más potencial exportador del país y que presenta mayor superávit, para luego no concretar medidas reales. Qué bajonazo.