2024 trajo el mayor crecimiento jamás registrado en pedidos de buques con combustibles alternativos. Las navieras encargaron 515 embarcaciones capaces de operar con combustibles alternativos el año pasado, lo que supone un aumento del 38% respecto al número de pedidos en 2023, según datos de la base de datos Alternative Fuels Insight de la sociedad de clasificación DNV.
De estos pedidos, 264 fueron para buques que funcionarán con GNL, 166 con metanol, 51 con GLP, 27 con amoníaco y 7 con hidrógeno.
El segmento de portacontenedores fue el mayor comprador de estos buques, representando en 2024 el 69% de los pedidos de nuevas construcciones con capacidad para combustibles alternativos.
Dada esta oleada de buques impulsados por combustibles alternativos que se avecinan en el mercado de búnker, ¿cómo debe prepararse la industria?
A corto plazo, la respuesta parece estar en un cambio hacia el suministro de mezclas de biocombustibles y GNL como combustible para búnker.
Aunque otros combustibles alternativos están creciendo rápidamente, las mezclas de biocombustibles siguen siendo el combustible alternativo más popular en el sector del búnker.
Se requerirá pragmatismo a corto plazo y planificación a largo plazo
Estas mezclas pueden sustituir directamente a los combustibles convencionales, lo que permite su uso en buques existentes sin necesidad de realizar nuevos pedidos. Según la normativa FuelEU Maritime, cualquier buque que haga escala en puertos de la UE durante parte de su ruta podría considerar la incorporación de biocombustibles en su mezcla de combustibles al menos de forma periódica este año.
Para la industria del búnker, prepararse para los biocombustibles implica asegurar el suministro, evaluar la demanda y establecer capacidad de mezcla.
Los proveedores deberán determinar qué materias primas son aceptables para sus clientes – ya que el suministro de las mezclas más comunes basadas en FAME se verá presionado a medida que aumente la demanda – y definir cuáles pueden ofrecerse al menor coste posible.
También deberán analizar qué tipos de clientes son los más propensos a aumentar sus compras de biocombustibles este año y en qué puertos.
El GNL está actualmente muy demandado en la industria del búnker. Sin embargo, establecer una cadena de suministro de búnker de GNL completamente operativa requiere una inversión significativa. Por ejemplo, un buque de suministro de GNL puede costar aproximadamente 50 millones de dólares, lo que convierte la entrada a este mercado en un compromiso sustancial que requiere una cuidadosa evaluación.
Durante el último año, el GNL se ha consolidado como uno de los combustibles alternativos más populares. Además, la producción de GNL bio y sintético se está desarrollando poco a poco, lo que ofrece una vía a largo plazo hacia la descarbonización total para los armadores que apuestan por buques propulsados por GNL.
La transición energética en el transporte marítimo requerirá tanto pragmatismo a corto plazo como planificación a largo plazo por parte del sector del búnker.
A corto plazo, la industria del búnker debe apostar por los biocombustibles y el GNL fósil para apoyar la transición energética, aunque el tratamiento normativo siga siendo incierto.
Con el tiempo, deberá ampliar su oferta de combustibles para incluir una gama más amplia de alternativas de bajas emisiones, como el metanol y el amoníaco, para alinearse con las futuras demandas del transporte marítimo.