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Exigir alternativas al “no” no es una locura

  • Última actualización
    15 septiembre 2021 09:57

Invitados de nivel, no se crean que solo fueron los premiados. Por allí estuvieron: la vicepresidenta de Gobierno Nadia Calviño; el president de la Generalitat, Ximo Puig; el president de Les Corts, Enric Morera; la delegada de Gobierno en la Comunitat, Gloria Calero; el alcalde de Valencia, Joan Ribó; consellers a gogó... y, por supuesto, los representantes de las organizaciones económicas y empresariales. Y en este escenario, se habló de transporte la friolera de 2 minutacos. Lo que le costó al presidente de la Cámara, José Vicente Morata, decir: “Nuestra ambición es convertir a Valencia en una plataforma logística e industrial del sur de Europa, en un hub de cuatro continentes, y para ello es clave la conclusión del Corredor Mediterráneo” y poco más. Porque ni antes de su intervención, ni después se habló del tema.

Si se están poniendo palos en las ruedas a los proyectos de grandes infraestructuras estratégicas llamadas a ser hub de inversión y empleo, habrá que aportar otra vía para que la gente viva y se desarrolle

El tejido empresarial y productivo valenciano reunido con agentes políticos de primer nivel y las reivindicaciones no existieron. Al menos en el escenario. ¿Será porque este tipo de eventos no son los adecuados para hacerlo? Pero si ese fuera el caso, ¿por qué sí que podemos pedir una financiación autonómica más justa? ¿Por qué se puede reivindicar la vía valenciana de la estabilidad política, la seguridad jurídica y la colaboración público privada para consolidar la recuperación económica y social (Ximo Puig dixit)?

Es una pena que este tipo de eventos, de grandes citas, se queden en el lucimiento de los políticos invitados que, por su privilegiada posición, tienen opción de coger el micrófono sin que nadie les pregunte o les saque los colores ante las obviedades manifiestas que dan color a sus discursos. Se les llena la boca hablando de las cifras de los sectores exportadores (¿habéis visto cómo se lo están currando? ¡Qué bien que lo están haciendo!), pero no les aportan soluciones ante los problemas que hoy marcan sus cuentas de resultados y su competitividad. #Nonoscuentensurollo

Así, ante la afirmación que lanzó José Vicente Morata de que la escasez de componentes industriales y el encarecimiento de las materias primas ponen de manifiesto la necesidad de relocalizar la producción, acercando las cadenas de valor y recuperando la actividad industrial como parte del ADN empresarial valenciano, las propuestas de los agentes políticos ¿fueron?

¡Ah sí! calla, qué cabeza la mía, que fondos europeos van a constituir “la gran palanca para la transformación, dado que contribuirán a acometer la transformación económica de la Comunitat Valenciana” (Puig, again). Así que... pues ni tan mal, ¿no? Esperamos a que lleguen los dineros y salvados. Pues no. Obvio.

Si tenemos que redefinir nuestro modelo económico porque el crecimiento constante no es viable, si las empresas sienten que el futuro pasa por otros derroteros, si las necesidades ambientales exigen ponerse manos a la obra para que puedan vivir con calidad de vida las próximas generaciones, si se están poniendo palos en las ruedas a los proyectos de grandes infraestructuras estratégicas llamadas a ser hub de inversión y empleo, habrá que aportar otra vía para que la gente viva y se desarrolle. Jugar a criticar por criticar y decir que no es sencillísimo. El problema es que necesitamos a personas que se atrevan a decir que sí a los retos y que presenten propuestas viables para dar de comer a los millones de familias que componen el territorio. A todas.

Si se están poniendo palos en las ruedas a los proyectos de grandes infraestructuras estratégicas llamadas a ser hub de inversión y empleo, habrá que aportar otra vía para que la gente viva y se desarrolle