Ryanair siempre ha sido observada en el mundo del transporte aéreo de mercancías con cierta antipatía, directamente proporcional a la consideración que esta aerolínea muestra por la carga que es, en esencia, ninguna, principalmente porque en su modelo de negocio las mercancías estorban, algo totalmente legítimo. Su esencia es el pasaje, con agresivas estrategias en todos los ámbitos posibles, que incluyen la guerra abierta que mantiene con Aena por temas como la subida de tasas. Sin ir más lejos, el ataque del miércoles de Ryanair en torno a esta cuestión fue respondido de inmediato por Aena con una durísima nota de prensa de cinco folios, en la que no pueden caber más descalificaciones ni más improperios ni, todo hay que decirlo, más argumentos, pues el gestor aeroportuario hace una cuidada disección del proceder de Ryanair en un documento que es un auténtico caramelito periodístico y en el que lo más suave de lo que se le acusa a la aerolínea es de “fariseísmo, mala educación y chantaje”. Servidor suscribe todo lo que recoge Aena en ese documento, salvo eso de que la Ley 18/2014 impide a Aena aprovecharse del “poder de mercado” de sus infraestructuras. En verdad, en el sector de la carga aérea sufrimos diariamente el aprovechamiento de ese poder por culpa de una ley que deja huérfano el interés público de las mercancías y de un gestor aeroportuario que solo contempla el beneficio.
Fariseísmo, mala educación y chantaje
- 05 septiembre 2025 05:20
- Última actualización
04 septiembre 2025 11:31