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¿Hace una partida?

  • Última actualización
    19 mayo 2025 15:48

Les propongo un juego. Un juego de mesa que gira en torno a la industria naviera y en la que su componente principal es el contenedor. Los jugadores, entre tres y cinco, producen, compran, venden, transportan y almacenan contenedores para maximizar sus ganancias. Consideraciones como la oferta y la demanda, la gestión del efectivo, el retorno de la inversión y el uso eficiente de los recursos son consecuencias naturales de las reglas del juego.

¿Cómo se juega? Cada jugador posee un astillero con una planta de producción anexa para mercancías, así como un buque portacontenedores. El juego utiliza cinco tipos de mercancías (con un código de colores), representadas como un contenedor intermodal en miniatura. El barco de cada jugador puede transportar hasta cinco contenedores. Inicialmente, cada jugador tiene los medios para producir un contenedor con una sola acción; las acciones pueden utilizarse para ampliar su capacidad de producción (a cambio de dinero).

En el momento de la producción, el jugador paga al jugador a su derecha una “contribución” sindical y coloca sus mercancías recién producidas en el almacén de su fábrica, con un precio de entre 1 y 4 unidades monetarias. Una vez producidos los contenedores, otro jugador puede usar su turno para comprar algunos o todos los contenedores, colocándolos en su almacén del muelle, con un precio de entre 2 y 6 unidades monetarias. Inicialmente, los jugadores solo pueden tener un contenedor en su almacén del muelle y deben gastar acciones (y dinero) para comprar más almacenes y aumentar su capacidad.

El juego termina cuando se agota el suministro de contenedores

El barco de cada jugador comienza la partida en alta mar. Un jugador puede usar un turno para mover su barco entre la mar y el astillero de otro jugador (no el suyo), donde al llegar puede comprar algunos o todos sus contenedores. También puede usar un turno para mover su barco entre la mar y una pequeña isla en proceso de industrialización, de la que las navieras esperan obtener beneficios.

Al llegar a la isla, se lleva a cabo una subasta a ciegas entre los demás jugadores; el jugador que abre la subasta decide si vende los bienes al mejor postor (en cuyo caso también recibe la misma cantidad del banco como subvención del Gobierno, y el comprador coloca los contenedores en su propia casilla de la isla) o compra los bienes para sí mismo con la mejor oferta, colocando los contenedores en su propia casilla de la isla.

El juego termina al final del turno de un jugador cuando se agota el suministro predeterminado de contenedores de dos tipos. En este punto, se recuentan los contenedores en la isla. Cada jugador recibe, al comienzo de la partida, una carta que le indica el valor para él de cada uno de los varios tipos de contenedores, del 2 al 10. Pero el tipo de contenedor que más posee se considera sobreabastecido y, por lo tanto, inútil, lo que le lleva a querer acumular la mayor cantidad de su contenedor menos valioso.

También existe un mecanismo por el cual un jugador se beneficia de tener al menos un contenedor de cada tipo en su espacio en la isla. Los contenedores que quedan en los barcos de los jugadores o en sus almacenes del muelle, pero no en sus almacenes de fábrica, también valen dinero al final de la partida. El jugador con más dinero al final de la partida es el ganador.

El juego anima a los jugadores a competir económicamente. La intrincada ruta que siguen los contenedores hasta su destino final hace que los jugadores puedan perder de vista de qué planta de producción procede cada contenedor y centrarse únicamente en su valor inmediato y futuro.

Este juego de mesa existe y se llama Container. Como en la vida real. ¿Hace una partida?