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Hemos fra-ca-sa-do

Hemos fracasado como sector y como sociedad en el objetivo de lograr que el transporte ferroviario de mercancías logre la relevancia competitiva que la logística de este país merece. Señores, señoras, hemos FRA-CA-SA-DO.

  • Última actualización
    06 noviembre 2018 16:40

Y vamos a dejarnos ya de historias, de paciencias y de planes fosforescentes porque la desgracia de esta alienante política que nos somete es que siempre hay una estrategia a la mitad, siempre tenemos un milagro metido en la olla a la espera de que, por Dios, algún día termine de cocinarse, ¡espera!, nos llevan diciendo años y años y años y años y más y más y más años, ¡aguarda!, repiten y repiten y vuelven a repetir pero, digo yo, en algún momento tendremos que parar, ¿no?, en algún momento habrá que hartarse, levantar con contundencia el trasero del asiento para darnos cuenta de que la olla está reventada y el pollo, no es que se nos haya quemado, es que es un pedrolo carbonizado que lo único que pide a gritos es su molienda para arrojar las cenizas por la borda de los viaductos.

Vamos por partes. En terminos absolutos, la liberalización en España no ha servido de nada. En Alemania, a los quince años, el tráfico se había multiplicado por NUEVE. En España, ni multiplicado ni sumado: después de quince años la variación es CERO.

En términos absolutos, los planes de reorganización de Renfe no han servido para nada. Ni como división de la matriz, ni como sociedad anónima dependiente de la matriz, ni subdividiéndose en divisiones, ni multiplicándose en sociedades, ni con integraciones, ni con especialidades, ni volviendo a juntarse, ni volviendo a separarse, ni queriendo tener un socio que, Dios mío, cuántos años llevamos ya con esta cofradía del Clavo Ardiendo y con el socio: tanto procesionar y el único milagro es que hemos vuelto al mismo lugar que hace una década. Sí, mismo tráfico tras diez años.

Y seguimos. No ha servido de nada el “Plan para Potenciar el Transporte de Mercancías por Ferrocarril” de la ministra Magdalena Álvarez.

No ha servido de nada el “Plan Estratégico para el Impulso del Transporte Ferroviario de Mercancías en España” del ministro José Blanco.

No ha servido de nada la “Estrategia Logística” de la ministra Ana Pastor.

No ha servido de nada el “Plan de Impulso del Transporte de Mercancías por Ferrocarril” del ministro Íñigo de la Serna...Y no me digan que ahora con el ministro Ábalos todavía hay medidas en marcha (estaría bien que nos las contaran) porque, de momento, su resultado matemático es el mismo: nada.

Ni roscos, ni socios logísticos, ni terminales privadas, ni alianzas, ni despidos, ni ACAS, ni corredores, ni túneles, ni pertuses, ni anchos, ni estrechos, ni accesos, ni apartaderos, ni autopistas... Nada.

Y no me vale lo de las posiciones de dominio encubiertas, las herencias históricas recibidas, la crisis y las crisis, las huelgas en Francia y el fútbol es así y hoy en día no hay rival pequeño y el caso es que el resto de modos avanza y el ferrocarril siempre, siempre se estanca.

Vuelvo a las matemáticas. La cuota de mercado no engaña. Lo publicó este Diario la semana pasada. Nuevo retroceso en 2017 y en lo que va de 2018 de nuevo estaríamos por debajo del 4%.

¿Saben cuánto calculaba uno de esos maravillosos planes de hace una década  que sería el tráfico ferroviario ahora mismo en España?

Cinco veces más que en la actualidad, según la visión más optimista. El doble, según la más pesimista.

Pues bien, no acertaron ni los pesimistas. Ni siquiera ellos estaban bien informados.