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La amenaza de la piratería

  • Última actualización
    05 abril 2024 05:20

La piratería marítima sigue representando una amenaza persistente, que afecta no solo a los intereses económicos de navieras y gobiernos, sino también a la seguridad y bienestar de las tripulaciones. Según los informes de la “International Chamber of Commerce”, el fenómeno persiste e incluso en el año 2023 los ataques se incrementaron en diversas partes del globo.

La piratería es un serio problema para la navegación y el comercio marítimo, y en la actualidad a pesar de los avances tecnológicos y la cooperación internacional, la piratería ha experimentado un resurgimiento, especialmente en áreas clave como el Cuerno de África, el Golfo de Guinea y partes del Sudeste Asiático.

Para los gobiernos, representa un desafío a la soberanía y al orden público, requiriendo inversiones significativas en vigilancia y seguridad. Las implicaciones económicas son sustanciales; la piratería puede aumentar los costos de envío debido a las primas de seguros más altas, los desvíos de ruta y la necesidad de seguridad a bordo, como los guardias armados. Esto puede tener un efecto dominó, afectando los precios de los bienes y las materias primas a nivel mundial.

Los programas de desarrollo económico que abordan las causas de la piratería marítima son fundamentales

Los navieros y operadores de barcos, para hacer frente a esta amenaza deben dedicar muchos recursos, incluyendo la supervisión continua, para estar preparados frente a cualquier contingencia. La seguridad de las embarcaciones ha evolucionado de simples medidas como el aumento de la velocidad y las tácticas evasivas, a sistemas de protección más sofisticados, incluyendo barreras físicas, sistemas de vigilancia electrónica, personal de defensa a bordo, o solicitar buques de escolta. Sin embargo, los piratas están igualmente equipados con tecnología avanzada y estrategias cada vez más audaces.

Uno de los efectos más directos de los daños de la piratería se nota entre las tripulaciones. Los marineros se enfrentan no solo al riesgo de violencia y secuestro, sino también al estrés psicológico que supone navegar en aguas peligrosas durante largos períodos de tiempo. Estas situaciones pueden tener efectos duraderos y nocivos en la salud mental de la tripulación.

La cooperación internacional tan necesaria para la seguridad de la navegación tiene uno de sus exponentes en la “Operación Atalanta”, que la Fuerza Naval de la Unión Europea lleva a cabo en las costas de Somalia, Golfo de Adén y Mar Rojo. Cabe destacar asimismo el papel de España, que no solo es quien ostenta actualmente el mando de la Operación, si no que ha sido el único país europeo que ha estado presente ininterrumpidamente desde su creación en 2008.

Además, es esencial que las respuestas no se limiten a medidas reactivas. Los programas de desarrollo económico que abordan las causas de la piratería, como la pobreza y la falta de empleo, son fundamentales para abordar este problema de raíz. La inversión en las comunidades costeras y la creación de oportunidades legítimas puede disminuir el atractivo de la piratería como una vía de empleo.

Acostumbramos a valorar la trascendencia del transporte marítimo cuando está amenazado por guerras, pandemias o fenómenos climatológicos. La piratería es otro factor que afecta y mucho a la seguridad, y que debemos ser conscientes del terrible impacto que tiene. Es tarea de todos que podamos navegar hacia aguas más seguras para todos los que dependen del vasto y vital sistema de transporte marítimo mundial.