Menú
Suscripción

La fuerza del cara a cara

  • Última actualización
    22 mayo 2025 12:41

Los certámenes feriales parecían condenados a desaparecer con la llegada de internet.

Hace unos muy pocos años, lo presencial no parecía tener futuro. Ni los libros en papel, ni los viajes de negocio, ni las reuniones en persona. Luego llegó el COVID y todo esto se subrayó de forma especialmente contundente. Todo se podía hacer desde casa. La comunicación se volvió más concreta, concisa, resumida y “productiva”. No se “perdía” tiempo. El teletrabajo, las videoconferencias, lo virtual y los hologramas estaban dominando las perspectivas de futuro.

No tardamos mucho en darnos cuenta de que todo se estaba basando en la ausencia, la distancia... el vacío. Habíamos olvidado lo que había sido siempre la base y fundamento de toda empresa, de todo progreso: el contacto personal, el acuerdo mirando a los ojos, el valor de un apretón de manos.

Las ferias de muestras, como Transport Logistic Munich, congregan a visitantes de todo el mundo que optan por hacer cientos o miles de kilómetros, para patear la moqueta, visitar los stands y charlar con los expositores sobre productos y servicios.

Hacer todo esto en vivo y en directo no ha perdido el alto valor que tenía antes de la pandemia. Lejos de esto, la interacción personal ha recuperado el pulso a niveles anteriores a la pandemia.

Esta fortaleza de lo presencial llama más la atención en las ferias de nuestro sector logístico, en las que se exponen, sobre todo, servicios, especialmente susceptibles de darse a conocer por otras vías de comunicación. El sector logístico precisa de cada eslabón de la cadena para funcionar. Quizás sea por esto por lo que aquí se valora especialmente el contacto personal en eventos, jornadas y ferias. Las relaciones entre profesionales, entre empresas, entre personas, cuanto más profundas, mejor. Sobre todo, si tienen vocación de permanecer en el tiempo, como ocurre en este sector. No triunfa el cliente esporádico. Al igual que no se suele buscar un proveedor ocasional.

Es imprescindible que el vínculo entre profesionales sea concreto y profundo; alcanzar el título de buen cliente o de proveedor de confianza no es algo que se improvise en un tender

Los servicios logísticos establecen vínculos proveedor-cliente que nos sobreviven, en algunos casos, generación tras generación.

Es imprescindible que el vínculo entre profesionales sea concreto y profundo, porque se puede estar trabajando con ese cliente o ese proveedor... toda la vida.

Alcanzar el título de buen cliente o de proveedor de confianza no es algo que se improvise en un tender. Desde la base de una relación profunda y honesta se puede ahorrar mucho tiempo y dinero, aunque nuestro proveedor de confianza no sea, a priori, el “más barato”.

Ese tipo de relación sobre el que construir un mismo futuro comercial y empresarial no se puede establecer en una videoconferencia, donde sólo se habla de lo urgente, de lo inmediato. Al igual que cuesta comer sin pan, establecer una relación hablando sólo de dinero y “transit time” puede generar relaciones fructíferas, pero con menos posibilidades de ser duraderas.

Las ferias de muestras se han consolidado como algo que puede parecer de poca importancia, pero la tiene toda: son un punto de encuentro. Conocer productos y servicios es uno de los objetivos, pero por encima de esta meta está lo de conocer personas, el objetivo más valioso, y que no se consigue tan fácilmente a través de un móvil o una pantalla.

Lo de basar la comunicación solo en el mensaje no puede competir con la suma del mensaje y el medio. Escuchar lo que te dicen y te cuentan sumado a ver lo que añade el interlocutor con sus anécdotas o expresiones es lo que completa la comunicación. No se puede olvidar que si los atajos fueran tan buenos no existirían los caminos.