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La IA, el empleo y los impuestos

  • Última actualización
    29 enero 2024 05:20

Este año parece que será el del desarrollo de la llamada inteligencia artificial. Personalmente prefiero llamarla “machine learning”, ya que de lo que estamos hablando es del perfeccionamiento del aprendizaje automático, a velocidades y con capacidades nunca vistas, y con una facilidad de acceso para empresas y particulares. Pero hasta que se demuestre lo contrario, la inteligencia no puede ser artificial.

En cualquier caso, hemos de estar preparados, ya que habrá bastantes tareas de poco o medio valor añadido que pasarán a ser realizadas por máquinas. Y a diferencia de las anteriores fases de industrialización y también de la primera revolución digital, cuando el crecimiento que produjeron permitió absorber los desocupados que habían generado, ahora no parece que vaya a ser así. Se van a crear muchos nuevos puestos de trabajo, algunos de ellos inimaginables hoy en día, pero los expertos vaticinan que el saldo será negativo.

Hay que mencionar y es un dato muy importante, que Europa ha aprobado la primera ley de Inteligencia artificial en el mundo, para impulsar su desarrollo y no perder una vez más el tren tecnológico, frente a Estados Unidos y China, aunque enfatizando la defensa de la ciudadanía. Los europeos pecamos de proteccionistas, pero me parece perfecto que se pongan barreras éticas al desarrollo de la IA. La gestión de nuestros datos personales que hacen los gigantes tecnológicos es abusiva y reprobable, aunque nosotros hayamos dado inconscientemente nuestro consentimiento.

Los europeos pecamos de proteccionistas, pero me parece perfecto que se pongan barreras éticas al desarrollo de la IA

¿Como ligamos lo anterior con el empleo? En toda Europa, estamos viviendo una situación de bajísima natalidad, que pone en serio peligro el mantenimiento de nuestra sociedad del bienestar. Por diversas razones, hay falta de profesionales en muchos sectores de la economía y esto genera un aumento de la inmigración, que a su vez se sitúa en el centro de la polémica por su impacto sociológico y cultural. Una vez más, los representantes políticos no ayudan mucho para consensuar actuaciones de largo alcance, que solucionen los problemas que tenemos ahora y que tendremos en los próximos años. Mucho peor, utilizan estas cuestiones como armas arrojadizas al adversario, sin analizar el fondo del asunto.

El sector logístico que supone el 2% de los puestos de trabajo en España, está teniendo enormes dificultades para cubrir las necesidades laborales de nuestras empresas, y un reciente estudio de Randstat decía que el 18% de los puestos de trabajo que se quedan sin cubrir en España pertenecen al sector logístico. Y el problema se va a agravar, al no existir un relevo generacional en muchos subsectores, ya que más de la mitad de los trabajadores supera los 45 años.

Y falta hablar de los impuestos y analizar si el modelo actual es sostenible. Menos trabajo implica menos cuotas a la seguridad social, más desempleados conlleva más gasto social. El acceso tardío al mercado laboral y una mayor longevidad hace que un ciudadano medio en Europa sea la mitad de su vida contribuyente y la otra mitad dependiente. En el plano empresarial, las grandes multinacionales han conseguido reducir la tributación local (no hablo de evasión sino de elusión fiscal), por lo que a muchos estados europeos no les salen las cuentas, y les saldrán menos en el futuro cercano.

Llegados a este punto se debate en muchos foros posibles alternativas. ¿Pueden considerarse a los robots como sujetos pasivos? ¿Deben pagar impuestos los sistemas de inteligencia artificial? ¿Es momento de replantearse la Renta Básica Universal? Habrá que pensar cómo resolvemos estas cuestiones.