Que puertos y barcos, estaciones y trenes, carreteras y camiones, aeropuertos y aviones estimulan nuestra imaginación y nos invitan a imaginar mil y una aventuras es tan evidente como su inmenso poder de ensoñación. Desde los viajes de Ulises o Jasón y los Argonautas a bordo de la nao “Argo”, hasta Mortadelo y Filemón, en sus misiones por todo el mundo viajando en todos los medios de transporte imaginables, el transporte construye también nuestros propios mitos.
Porque si Ulises y Jasón son personajes centrales de la mitología griega, Mortadelo y Filemón, y todos y cada uno de los personajes del universo Ibáñez, forman parte ya de nuestra propia mitología. Por supuesto, de la mía, que he crecido y aprendìdo, también de adulto, con las “descuajeringantes” (en lenguaje mortadeliano) aventuras de los dos agentes de la T.I.A.-Técnicos de Investigación Aeroterráquea.
Las referencias logísticas son una constante en las historietas creadas por Francisco Ibáñez para dos personajes que no dudaban en secuestrar un tren Barcelona-Murcia (“¡Es el exprés más cargado que encontré, jefe!”, le dice Mortadelo a Filemón en el Pulgarcito nº 1660 ) o cuando Filemón intenta subirse a un camión que hace la ruta Barcelona-Cáceres en su intento de atrapar a los ladrones del valiosísimo Troncho 90 (“¡Ah, un camión con destino a tierras exóticas!”, dice).
Sus aventuras les llevaron también por puertos de medio mundo, como en “Mundial 94”, cuando los agentes caen del avión en el que viajaban a Estados Unidos y son recogidos por un mercante con el que llegan finalmente al Puerto de Nueva York, donde ya habían estado años antes en la historieta “La estatua de la libertad”. “¡Ajá, este es el dock 7!”, exclama Mortadelo. “ ¡Y sólo hay un barco , o sea que tiene que ser este! ¡Vamos arriba!”, dice Filemón. No podía faltar, por supuesto, el Puerto de Barcelona, ciudad en la que podemos situar a los dos agentes, tanto por el origen de su creador como por evidencias como las del tren Barcelona-Murcia o el camión Barcelona-Cáceres, entre muchas otras.
Hace dos años, Ibáñez publicó “Misión por España”, una aventura en la que Mortadelo y Filemón recorren lugares emblemáticos. El Súper llama a Mortadelo y Filemón para encargarles la misión de desarticular una banda que trafica con droga, en una aventura que les lleva a recorrer gran parte del país. Sus pesquisas comienzan en Barcelona, en cuyo puerto hay un barco del que sospechan que lleva un cargamento de hachís, pero será una metedura de pata que acabará con el barco hecho trizas. Las ciudades de A Coruña, Valencia, Pamplona, Ávila, Segovia, Granada, Córdoba, Sevilla, Madrid... sufrirán también los desatinos de la pareja.
Leo que el Puerto de Santander utilizará rayos cósmicos para detectar polizones y que los contenedores pasarán bajo un arco capaz de detectar en el interior mediante tomografía muónica mercancías y personas que viajen irregularmente. Me entero que los muones son partículas generadas por los rayos de las estrellas al penetrar en la atmósfera terrestre y que estos rayos cósmicos son una radiación continua y altamente energética que pueden alcanzar la corteza terrestre.
Y me dan ganas de llamar a Ibáñez para que le diga al Profesor Bacterio que invente una pistola de muones o rayos cósmicos con la que Mortadelo y Filemón combatan a delincuentes como “Chapeau el Esmirriau” o bandas como el “Gang del Chicharrón, en la que “Anselmo el Paquidermo” se encargaba de espiar en el puerto. La última aventura de Mortadelo y Filemón está aún por ser contada. Voto por “Operación Rayo Cósmico” .