Menú
Suscripción

Las cifras que vienen

Hace unos meses cambiamos nuestra página web totalmente. La anterior estaba bien, funcionaba bien y nadie se había quejado de ella. No había cumplido su ciclo vital y, tras unos pocos años de vida, la jubilamos. La nueva está empezando a asentarse, a mostrarse en todos sus detalles y posibilidades.

  • Última actualización
    17 octubre 2019 17:49

Creemos en la necesidad de mejorar tanto y tan rápido como sea posible. El listón que nos impone nuestra propia autoexigencia nos lleva a este tipo de inversiones en un sector, el de la comunicación y las artes gráficas, en el que, haciendo las cosas muy bien puedes aspirar a no morir. Si la web que teníamos nos había costado un ojo, la actual no la hemos podido ver porque ya no nos quedan ojos. Pero ha valido la pena. El fundamento de estas altas inversiones no es la multiplicación de beneficios, sino la aspiración a seguir en la carrera, en cabeza, sí, pero corriendo sin parar.  En logística los parámetros son diferentes, si tienes una buena jugada puedes llevar tu éxito al infinito y más allá. Siempre hay algo que ganar en una tarta, la de la mercancía a transportar, que crece año a año, casi por castigo. Pero, al igual que en otros sectores, también en logística existe el fracaso, la ruina. Por eso también existe la obligación, la necesidad, de innovar, de invertir, de estar atentos para mantener siempre limpia la pista de aterrizaje del futuro. No hace falta que lo exija nadie.Hay directivos logísticos que han basado su éxito en estar en el sitio adecuado en el momento oportuno. Muy santo y muy sabio. Otros han tenido que afilar su sabiduría y construir el éxito a base de trabajar mucho y muy acertadamente. Ambos saben que es verdad verdadera eso de que las cosas se pueden torcer por una mala fama que le planten a un puerto o por una decisión puntual de una naviera. Los contenedores no tienen ruedas, tiene alas. Y van donde quieren cuando quieren, o casi. Ocurre que, en nuestro mundo logístico es mucho más complejo ver cuándo algo no va bien. Las cifras siempre, y los márgenes a veces, son tan amplios que cuesta encontrar el indicativo negativo que nos ponga en alerta. Estos días se están detectando serios indicios de desaceleración, crisis o como lo quieran llamar. Según algunos analistas amigos, que los hay, septiembre no ha sido tan bueno como se esperaba y los datos de estos meses de final de año pueden poner en peligro la marcha de todo el año, sobre todo en tráfico de contenedores. Además de la crisis, recesión, desaceleración o putada, como lo quieran llamar, hay que tener en cuenta que los puertos españoles no están solos en el mercado. El Pireo, Tanger Med, Sines o Giogia Tauro siguen con el cuchillo entre los dientes, locos por esos contenedores de transbordo que son, cada día más, el pan y la sal de cualquier línea regular. Las sociedades del entorno de los puertos pueden pensar que los contenedores son un incordio, que son un latazo los cruceros y que hay que mandar a su casa a los turistas. Igual en breve los echamos de menos, mucho, pero mucho mucho. Y no me digan que aunque baje algo la actividad no pasa nada, ni se les ocurra decirlo mientras haya gente que pueda salir del paro si crecen los tráficos y no lo haga porque se estanquen o bajen.Atentos a las estadísticas.