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Los estereotipos de género en nuestro sector

Logístico

Albert Oñate
  • Última actualización
    07 julio 2023 05:20

Estamos aún con la resaca de las últimas elecciones municipales y autonómicas, que su resultado ha generado ríos de tinta acerca de las consejerías de igualdad, los puntos lila, y las medidas tomadas para fomentar la presencia de mujeres en niveles y órganos directivos.

Y sin solución de continuidad, estamos inmersos en otra precampaña electoral, donde sin duda alguna esta cuestión seguirá siendo una de las más polémicas en los debates y en las escaramuzas dialécticas de las diversas candidaturas.

Me declaro abiertamente feminista, y para que no haya malentendidos, comparto las dos definiciones de esta palabra, que da la Real Academia de la Lengua: “Principio de igualdad de derechos de la mujer y el hombre” y “Movimiento que lucha por la realización efectiva en todos los ordenes del feminismo”. Las definiciones son claras, y por supuesto que nadie crea o haga creer, que el feminismo es el antónimo del machismo.

¿Nuestro sector es machista? No lo es más o menos que cualquier otro, y los problemas de género, son similares al de muchas otras actividades económicas. Deberemos seguir en la senda, ya iniciada en la mayoría de las empresas y organismos, de revertir la inercia y avanzar en superar los esquemas mentales y reales, de estereotipar nuestra profesión.

Según el INE, 9 de cada 10 trabajadores de sectores como el transporte, la albañilería, construcción o mecánica, son hombres; y en cambio las profesiones con mayoría de mujeres, son las relacionadas con la educación, la sanidad o el trabajo en el hogar.

En nuestro sector tenemos numerosas mujeres directivas en entidades y empresas logísticas, que además de sus tareas profesionales, se convierten voluntaria o involuntariamente en el modelo a seguir, de las jóvenes profesionales que se inician en nuestra actividad. Lo cual es perfecto, pero en este objetivo debemos implicarnos todos, mujeres y hombres, en todos los estamentos y niveles.

Las empresas están obligadas a tener planes de igualdad, de donde se puede extraer información valiosa acerca de qué se debe mejorar

¿Qué podemos hacer para no retroceder en el camino que debe llevarnos a la igualdad? Ante todo que no nos enreden con las palabras, que casi nunca son inocentes. Conciliación de la vida personal y laboral, igualdad de oportunidades, eliminar el techo de cristal para las mujeres y reducir la brecha salarial, son herramientas básicas en el camino de la igualdad. No son términos abstractos ni son una música que ya nos hemos habituado a oír. Los horarios interminables deben acabar y ajustarse en la medida de lo posible a la normativa laboral. Aprovechar las enseñanzas de estos últimos años, como mantener el teletrabajo, potenciar las reuniones por videoconferencia y cuidar del bienestar de la plantilla. Las empresas están obligadas a tener planes de igualdad, de donde se puede extraer información valiosa acerca de qué se debe mejorar, o qué no se debe dejar de hacer para no involucionar.

Es cierto que las mujeres están ganando peso en las mesas de decisión y en los órganos de dirección de empresas y entidades, aunque consultando cualquier medio de comunicación impreso o digital, incluidos los de nuestro sector, siguen estando infrarrepresentadas. Las reducciones de jornada para el cuidado de personas mayores o niños, llegan al 25% en el caso de las mujeres, y sobre el 5% en el caso de los hombres.

Estamos mejorando, pero aún tenemos un largo camino por recorrer.