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Los puertos NO pueden estar otro año más sin actualizar sus tasas

  • Última actualización
    02 octubre 2024 05:20

Por si alguien no leyó mi columna del pasado 10 de julio, bajo el título de “Plan B: ...en la que se apruebe a estos efectos”, me permito, hoy 2 de octubre, volver a la carga, en un momento en el que el escenario político y presupuestario sigue en las mismas, solo que hemos consumido tres meses más y la soga comienza a ajustarse con precisión al cuello.

Lo defendíamos entonces y lo recordamos ahora: el Ministerio de Transportes debe activar una alternativa normativa urgente para, en el caso de no aprobarse los Presupuestos Generales del Estado, dar curso a la actualización de las tasas portuarias.

El argumento era y es claro. Lo que establece el Texto Refundido de la Ley de Puertos es que la actualización de las tasas portuarias, de los coeficientes correctores y las bonificaciones “se establecerá con carácter anual en la Ley de Presupuestos Generales del Estado o en la que, en su caso, se apruebe a estos efectos”.

Por tanto, ante el riesgo de que los Presupuestos Generales del Estado sean prorrogados por segundo año consecutivo y, por tanto, se le sustraiga al sistema portuario la herramienta normativa al uso para aprobar las tasas, se torna en imperativo habilitar “a estos efectos” otro instrumento normativo.

Los puertos españoles no pueden estar otro año más sin actualizar sus tasas portuarias y, lo más importante, el Gobierno debe asumirlo, debe reconocerlo y con el Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible a la cabeza se debe hacer todo lo posible para salvar las trabas y las inercias.

El Parlamento está abierto y hay margen de consenso

Desde la aprobación de la Ley de Puertos de 2003 el sistema portuario ha visto prorrogarse los presupuestos en cinco ocasiones. Eso sí, en 2017 y en 2018 se aprobaron los presupuestos para los citados ejercicios con el año en curso, es decir, a efectos prácticos la renovación de las tasas se aplicó con retraso. Es una situación diferente a la de 2024, año que ha transitado y va a transitar íntegramente con los presupuestos de 2023; y a la de 2019 y 2020, ejercicios consecutivos en los que hubo que asumir íntegramente los presupuestos de 2018.

Esta situación de dos años seguidos sin actualizar el sistema de tasas en los puertos españoles es hacia la que de nuevo caminamos con la gravedad económica y competitiva que representa para la economía que entidades de este calibre vean secuestrado su margen empresarial y competitivo, ya que el Gobierno tiene más que difícil ahora mismo aprobar los presupuestos y, lo más importante, ha manifestado su plena disposición a seguir gobernando con los presupuestos doblemente prorrogados.

¿Cuál es la diferencia entre la situación actual y la de 2019/2020? Pues que aún siendo igual de grave que durante dos años consecutivos los puertos no puedan actualizar sus tasas, ni desarrollar su política comercial, ni competir en igual de condiciones ni con flexibilidad, en 2020 estuvimos inmersos en sucesivos procesos electorales y teníamos el Congreso cerrado/inhabilitado, es decir, cualquier Plan B era imposible. Ahora, en cambio, el Parlamento está plenamente activo y, lo más importante, los puertos son un ámbito de consenso que a buen seguro que el actual clima de división quedaría al margen para aprobar un real decreto ley o una enmienda a cualquier proyecto en tramitación.

Si no hay Presupuestos, es necesario, imperativo y acorde con la normativa aprobar las nuevas tasas con otro instrumento normativo. Y, ojo, si Hacienda lo bloquea por el exceso de celo de que el régimen económico de la Administración debe pasar por la Ley de Presupuestos, se estará dañando a los puertos “a sabiendas” y justificando aún más si cabe la apertura del impredecible melón de la gobernanza.