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Los responsables del fiasco de la ZAL

  • Última actualización
    17 noviembre 2023 05:20

No es MSC la única empresa que, harta de esperar, ha optado por buscar otra ubicación para sus proyectos, lejos de la perfectamente acabada y lista, pero eternamente inutilizada, ZAL de Valencia. Ha habido otros proyectos que han tenido que abandonar la idea de crear empleo para los barrios colindantes al Puerto de Valencia.

MSC no ha sido la primera, ni será la última firma que se va con sus millones a otra parte, llevándose sus puestos de trabajo fijos y de calidad, ideales para barrios como Nazaret, con casi un 50% de paro. Puestos de trabajo, los que se generan en las zonas de actividades logísticas, que incluyen un amplísimo abanico de modalidades especialmente idóneas para la juventud de barrios como el de Nazaret. Puestos, también, de carretilleros, mozos de almacén, conductores o vigilantes, que se irán a otra parte, dejando, de nuevo y siempre, a los chicos y chicas del barrio abocados al futuro oscuro y pobre que tuvieron sus padres y parece que tendrán sus hijos.

Se quedarán los cursos de formación para el empleo sin empleo en el que desarrollar esa formación. Otra vez. Parece que tienen dos únicas opciones: o se alejan del puerto, gran generador de empleo, si le dejaran, o lo seguirán teniendo especialmente difícil para encontrar empleo. Y será así mientras haya quien siga sosteniendo que la huerta, el suelo con posibilidad de ser huerta, sólo vale si está en las inmediaciones del puerto. Solo puede haber huerta en la ZAL.

Olvidan que la huerta tiene dos fundamentales características diferenciadoras: puede ubicarse en casi cualquier sitio en el que haya tierra y, lo más importante, para ser huerta la tierra necesita un hortelano.

Imposibe que florezca progreso donde la mala hierba de la denuncia paralizante prolifera

El desastre de tener un foco de creación de empleo de calidad casi 30 años parado, junto al barrio que más necesita el empleo, hay que achacárselo a diversos culpables. No hay sólo un “héroe” en este fiasco. El obstáculo más destacado lo han puesto los jueces, gracias a las denuncias admitidas sin fundamento y a los años de demora para dictar sentencias. Denuncias y demoras que hacen inviable la actividad empresarial, tan necesitada de plazos y certezas. Imposibe que florezca progreso donde la mala hierba de la denuncia paralizante prolifera. En la lista de culpables, no se pude obviar ni a los denunciantes con argumentarios basados en tergiversaciones o en mentiras, ni a la, al parecer, nefasta tramitación burocrática de la ZAL, carente de las más que exigibles certezas legales y jurídicas. Así, entre abogados del estado, el SEPES, la Generalitat y los jueces... han cuajado un desaguisado que supone un caldo de cultivo perfecto para la demagogia barata de partidos y asociaciones, orgullosos de que todo se paralice eternamente, con el apoyo de la injusticia que supone una justicia rápida en aceptar denuncias y lenta en resolverlas. El sistema permite que ni los que tramitan los proyectos infectados de trampas burocráticos, ni los denunciantes sin razón, ni la justicia injusta por lenta, paguen por el inmenso daño que generan para, por ejemplo, los barrios colindantes a la ZAL.

Cuando se inaugura una infraestructura se pone una plaquita con el nombre de los artífices de ese logro. Por la misma razón, exigimos, ya, otra placa en la ZAL inutilizada, con los nombres de los responsables: burócratas torpes, denunciantes oportunistas, periodistas mentirosos y, sobre todo, jueces lentos. Hay jóvenes en los barrios del Distrito Marítimo, a los que iba destinado el empleo a crear, que acabarán en la delincuencia y/o en la droga.

Tienen derecho a saber a quién darle las gracias.