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Luchar en mar abierto

  • Última actualización
    23 julio 2025 05:20

El Puerto de Valencia tiene mucha historia desde que existía un simple embarcadero en la playa en el año 1238... Dicho embarcadero se construyó en lo que se denomina “saco del golfo”, que es la parte en que el agua llega más hacia tierra.

El tema principal es que, de una playa de arena natural, con el paso del tiempo y gracias al excelente trabajo de los sucesivos ingenieros, se ha logrado construir un gran puerto cien por cien artificial. La naturaleza no nos ha ayudado en nada. Todo lo ha construido el hombre. Le hemos ganado la batalla a la mar.

En nuestro litoral tenemos una corriente de arena microscópica de norte a sur, a una velocidad de un nudo por hora, que obligó a construir el espigón de Levante para generar un abrigo de calado y que los buques pudieran fondear al sur de este. Entonces, con embarcaciones pequeñas se cargaba o descargaba el buque fondeado. El espigón de Levante acabó teniendo tres enfilaciones diferentes, pero siempre generando abrigo al sur.

Se había resuelto el problema del aterramiento de arena por el norte, pero aparece un nuevo problema por el sur. Cuando se construyó la dársena interior, el río Turia, entonces muy caudaloso, generaba continuos aterramientos. Se construyeron los dos transversales para cerrar al máximo la dársena interior, pero no se resolvió el problema. El asunto fue tan grave que, en 1764, en una sesión del Ayuntamiento de Valencia, el Marqués de la Romana propuso que el Puerto de Valencia se construyera en Cullera y a través de un canal por la Albufera se conectase con la capital. Afortunadamente esto no prosperó.

Entre 1888 y 1902 el Ingeniero director don Manuel Maese tiene la idea de construir el Malecón del Turia desde la misma desembocadura para desviar la corriente de agua del río hacia el sur y consecuentemente sus aterramientos, como así se hizo.

Sin embargo, estos dos problemas tuvieron una cosa muy positiva: “obligó” a que el puerto se construyera en perpendicular hacia mar adentro, con lo que hemos ganado en calados más profundos.

La ciudad de Valencia “huyó” del mar situándose tierra adentro por estar situada en una llanura y no tener ninguna colina o promontorio que permitiera avistar a las embarcaciones enemigas o de piratas que asaltaban nuestras costas. Las ciudades que tienen un punto alto junto a la costa están construidas junto al mar, como Barcelona, Tarragona, Alicante, Málaga, etc... Las que están sobre llanura tuvieron que separarse de la costa, como Castellón, Valencia, Gandía, Burriana, etc.

En el Puerto de Valencia se construyó un baluarte con una dotación militar que cuando avistaban un buque enemigo, un jinete a todo galope se dirigía a Valencia avisando del peligro. La ciudad entonces cerraba todas las puertas de la muralla en espera de que pasase el peligro.

“La ciudad de Valencia ‘huyó’ del mar situándose tierra a dentro por estar situada en una llanura”

A lo largo de muchos años y por excelentes ingenieros se ha ido construyendo el puerto dotándolo de diversos tipos de muelles: “dique de abrigo”, “muelle de bloques”, “muelle sobre pilotes”, “muelle sobre cajones flotantes”, etc.

Hay que hacer constar que la obra que nosotros apreciamos en los muelles donde circulamos y trabajamos los barcos es una porción muy pequeña de lo que es lo totalidad de dicha obra que está sumergida y que no vemos.

Es el ingeniero don Manuel Mirallas el que en 1792 redacta un proyecto ambicioso que puede considerarse el germen de nuestro actual puerto.

Posteriormente, excelentes ingenieros a lo largo de todos estos años han ido construyendo el grandioso puerto actual.

Solo tuvimos una época muy triste. Fue durante la Guerra Civil Española. Nuestro puerto sufrió bombardeos por mar, pero lo peor fueron los aéreos a través de una flota de aviones italianos “Savoia S-79” con base en Palma de Mallorca, que venían a bombardear continuamente.

El puerto sufrió muy importantes daños en sus muelles, 35 buques atracados y 5 fondeados fueron hundidos. Igualmente se fueron a pique 75 gabarras. Valencia fue el puerto más castigado de toda España.

También desapareció por los bombardeos la primera manzana de la calle de la Reina por su proximidad al puerto, a excepción de una casa en el número diez por su excepcional y sólida construcción.

En la dársena interior se atracaban muchos vapores en punta. La maniobra era fondear en el centro de dicha dársena. Largaban cadena dando “atrás” hasta que podían encapillar a tierra las coderas de popa. Mi padre me contaba que a menudo, cuando necesitaba salir un buque, se encontraba con que su ancla estaba enredada por debajo de la de otro barco vecino que había llegado después. Quizás esto sea el origen de que nuestro puerto tenga excelentes buzos... como así lo ha reconocido una compañía muy importante a nivel mundial al unirse con la compañía valenciana.

En aquella época los tinglados 3, 4 y 5 estaban a tope de cajas de fruta y cebollas. Para cargarlas se idearon los “caballetes” unas simples grúas manuales que cargaban la mercancía sobre las gabarras, las cuales eran remolcadas hasta el costado de los buques atracados en punta. Así nació en Valencia la que hoy es la compañía de remolcadores más importante de Europa y una de las más importantes a nivel mundial.

Nuestro puerto es una entidad con mucha vida en la que conviven un conjunto de entidades, oficiales y particulares que, todos ellos unidos como un motor acelerado al máximo, empujan a la ciudad, a la Comunidad y a todo el hinterland en busca de una constante expansión.

Hoy somos el puerto europeo número uno del Mediterráneo y el cuarto de Europa. Los tres puertos que van delante de nosotros son fluviales, de más fácil construcción que el nuestro.

Róterdam (New Maas), Amberes (Escalda) y Hamburgo (Elba) no tuvieron que luchar en mar abierto para su construcción...