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Madurez

Sólo tenemos capacidad para controlar lo que está en nuestra mano (a veces, ni eso), este es el motivo por el que no vale la pena perder el sueño, criar canas y mala sangre con aquello sobre lo que no tenemos la más mínima posibilidad de control.

  • Última actualización
    11 marzo 2020 17:37

En aproximadamente cuatro semanas, cuando comiencen a llegar las importaciones asiáticas a los niveles previos al coronavirus, ya casi nadie recordará las semanitas que estamos padeciendo y que, justamente ahora, están llegando a su momento álgido.

La globalidad permite que las informaciones fluyan con rapidez inusitada, pero las mercancías movidas a gran escala no tienen más remedio que ajustarse a los calendarios de escala que marca cada medio de transporte.

Sabemos que se ha reactivado la producción en China; nos han comentado que los pedidos se han restablecido y que los fletes están remontando… pero no lo vamos a ver hasta dentro de unas semanas. Mientras tanto, no nos queda otra que seguir lidiando con esta ceremonia de miedo, confusión e incertidumbre que nos están obligando a atravesar.

Evidentemente, en estos casos hay que dejar que hablen y decidan los que saben. A nosotros, por más que nos perturbe, no nos queda otra que acatar y asumir la responsabilidad de ser los primeros en dar ejemplo y en tomar las medidas necesarias para no contribuir más todavía a generar desinformación.

Los grupos de whatsapp, los cientos de miles de audios falsos que circulan en las redes pertenecientes a supuestos profesionales sanitarios o el boca a boca del hermano del primo del vecino de la amiga del cuñado, se están imponiendo como el único medio de información de un amplísimo grupo poblacional que consume compulsivamente memes y chascarrillos sin importar cuál es su procedencia.

Es en estos momentos cuando conviene recordar que las redes sociales son un canal, que incluso pueden ejercer el papel de medio de comunicación, pero la información la siguen haciendo y editando los profesionales persiguiendo las máximas básicas del periodismo, entre ellas el rigor y el contraste. No todo lo que se publica en redes sociales es información veraz, no lo olviden. A veces ni siquiera es información.

Confío plenamente en el ser humano y en su capacidad para sobreponerse a las circunstancias a través de la imaginación y del esfuerzo (aunque en ocasiones sea directamente proporcional a su otra capacidad para sacar las cosas de quicio).

Un buen signo para detectar cuál es el nivel de madurez de una sociedad no es otro que el talento que demuestran sus integrantes, ya no sólo en el ámbito cultural, sino también en el de las relaciones personales, la empatía y la voluntad de generar comunidades bien avenidas.

El sector logístico, una vez más, ha dado una muestra inequívoca de su madurez. El aplazamiento, por “causa de fuerza mayor”, de la Fiesta de la Logística de Valencia, el evento que mañana mismo iba a congregar a más de 6.000 logísticos en torno al Concurso Mundial de Paellas, ha generado espontáneas, magníficas y emotivas muestras de afecto, solidaridad y de unión. Gracias.

Esta misma madurez que ha demostrado el sector masivamente es la que nos lleva a tener la certeza de que la próxima Fiesta de la Logística de Valencia será sencillamente espectacular. No tengan ninguna duda.