Es Emiliano García-Page tan verborreico como José María Barreda, tan interminable como José Bono, predecesores todos ellos. Yo no sé si será la tierra, la sangre o la herencia. El caso es que estoy convencido de que son políticos porque Dios les hizo de izquierdas, ya que si los hubiera querido de derechas directamente los hubiera mandado al seminario para impartir sus sermones púlpito por púlpito, ambón por ambón. El consuelo es que entre plomo y plomo, Page suelta perlas como panes. Sin ir más lejos, el martes en Torija, soplaba el viento en la nave logística objeto del acto inaugural tal que cien mil manadas de lobos aullando. “Estoy escuchando el viento y en un momento era tan atronador que me he creído que teníamos en la puerta una manifestación con sus silbatos y demás. Luego he pensado que no hay tantos ‘liberados’ para hacer tanto ruido...” dijo Page para los anales. Y sin complejos, ni siquiera de izquierdas.