Reclamó la semana pasada en el Senado Juan Pablo Lázaro la creación de un Ministerio de Logística, algo que todavía queda muy lejos. La rumorología apunta a que en el seno de un futuro Gobierno de coalición de izquierdas Sumar estaría reclamando para sí un nuevo Ministerio de Vivienda, destinado a la ex alcaldesa de Barcelona Ada Colau. Este sería un movimiento muy favorable para el ámbito de gestión del transporte y las infraestructuras, altamente contaminado en los últimos tiempos por la priorización de los actuales gestores de una materia con claro e inmediato rédito electoralista. Ahora bien, aunque perder las competencias de Vivienda facilitaría el transitar hacia un Ministerio llamado de Logística, es tal la necesidad de la izquierda de subrayar el carácter “ciudadano” de sus políticas que se antoja imposible que elijan un nombre que para ellos tiene una automática asociación con las “mercancías”, aun cuando estas no sean más que para los ciudadanos. A decir verdad, ese Ministerio de Logística estaría tal vez mucho más cerca con un gobierno de derechas, necesitado de borrar los tintes ideológicos de la actual denominación del MITMA pero que, a su vez, vería con cierto recelo el volver al tono naftalínico del antiguo y ecléctico Fomento. Por eso, la amplitud del concepto “logística” sería una buena salida, pero es política ficción en cualquier caso tal y como están las cosas.