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Cuando ya no se puede decir más claro

Poco estamos hablando del regreso físico a las oficinas. Porque sí, también para estas cosas del día a día somos de extremos.

  • Última actualización
    22 septiembre 2021 11:20

Tenemos a quien se sorprende al oír hablar de la vuelta a las oficinas porque prácticamente no ha teletrabajado nunca, quizás sólo durante aquellas dos o tres semanas en las que ni se podía salir de casa, pero poco más.

Y también los hay que siguen confinados y no tienen el más mínimo interés en moverse de su casa hasta que la pandemia sea algo del pasado, olvidado y superado, apostillado por una muletilla tal que así: “Vetetúasabercuándo... y si es más tarde que pronto, pues mejor”.

No seré yo quien venga ahora a criticar una postura u otra, pero tengo la certeza de que la solución pasa por el sentido común y la lógica. Porque tan extremo e irresponsable es pensar que ya ha pasado todo y que ancha es Castilla, como irracional puede ser adoptar el “espíritu erizo”.

No hay mayor sentido que el sentido común (quizás porque es el menos común, sí). Personalmente apuesto por una “desescalada” activa y moderada. Si los datos sobre la inmunidad indican que vamos por el buen camino, vamos a dar pasos adelante, con cautela, pero decididos. Y en caso de duda, mejor exagerar la prevención que tener que lamentar después. Pero vayamos andando, no nos paremos si no es estrictamente necesario.

Como seguro habrán leído en algún meme en la última semana, llevamos un año 2021 realmente intenso en cuanto a fenómenos naturales (ola de calor, lluvias, volcanes, nevadas…), que unidos a otro tipo de acontecimientos como la pandemia, acaban por configurar un panorama realmente desolador. Hay quien incluso incluye en este compendio de malas noticias las que se refieren a los futbolistas de elite... Pero todo esto va por barrios ya que si Messi se ha ido de la Liga ha sido una catástrofe para unos y una bendición para otros, pero seguramente todos los que disfrutamos con el fútbol hemos salido perdiendo.

Nuestro sector está viviendo un año complejo y complicado, pero seguramente los más viejos del lugar recuerdan etapas tanto o más complicadas, quizás no impregnadas por la miseria de la pandemia, pero muy muy muy difíciles

Como también va por barrios el estado de ánimo que ha generado el nivel que han alcanzado los fletes de contenedores marítimos. Porque no es lo mismo ser un forwarder puro que un armador, ¿verdad?

Seamos sensatos y no dramaticemos con 2021. La auténtica realidad es que quitando la pandemia, que a todos ha afectado, todo lo demás es más de lo mismo. Circunstancias más o menos espectaculares, pero cíclicas e incluso repetitivas… Instalarnos en el lamento de la desgracia no nos deja avanzar.

Y ojo que no estoy hablando de conformismo. Apelo a la responsabilidad individual desde una perspectiva colectiva en la que somos incapaces de controlar muchos elementos de nuestro entorno (más todavía si se trata de fenómenos naturales).

La fórmula no es otra que tratar de dibujar todos los escenarios posibles, trazar planes de actuación en función de cada situación y prepararnos psicológicamente para poder afrontar imponderables y seguir avanzando en la medida de nuestras posibilidades.

Nuestro sector está viviendo un año complejo y complicado, pero seguramente los más viejos del lugar recuerdan etapas tanto o más complicadas, quizás no impregnadas por la miseria de la pandemia, pero muy muy muy difíciles.

Si presumimos de ser un sector dinámico, innovador y esencial, olvidemos el llanto y busquemos la fórmula que nos haga mejores. Dejemos el lamento a los perdedores, que ahí se manejan bien.