Cuando uno mira el mapa y ve la ubicación del Puerto de Tarragona lo primero que piensa es en las dificultades que puede suponer estar situado en medio de dos de los tres puertos más importantes del Estado. A pesar de esto, lejos de enpequeñecerse a la sombra de los puertos de Barcelona y Valencia, el Puerto de Tarragona ha sabido encontrar su lugar dentro de una estrategia de especialización y adaptabilidad que no solo le permite atraer nuevas inversiones, sino que le posiciona como uno de los puertos más relevantes dentro del sistema portuario español.
Tradicionalmente, el Puerto de Tarragona se ha distinguido por mover grandes cantidades de graneles, especialmente en los sectores químico y agroalimentario. Las características del recinto, con calados profundos, amplias extensiones de suelo disponible y buenas conexiones intermodales, que próximamente todavía mejorarán más con la puesta en marcha de la terminal de Guadalajara-Marchamalo, han sido fundamentales para aumentar la competitividad del enclave. Además, otra de las virtudes de la Autoridad Portuaria de Tarragona ha sido la capacidad de anticiparse a tendencias y diversificar el negocio hacia tráficos de alto valor añadido. En este sentido, los dos proyectos presentados la semana pasada siguen la misma línea.
Lejos de enpequeñecerse a la sombra de los puertos de Barcelona y Valencia, el Puerto de Tarragona ha sabido encontrar su lugar dentro de una estrategia de especialización
Por un lado, el pasado jueves Port Tarragona y la Generalitat de Catalunya escenificaron la alianza de las dos instituciones para posicionar el recinto tarraconense como hub logístico de eólica marina flotante. Este proyecto, que todavía está en sus inicios y tiene mucho campo por recorrer, posicionaría al Puerto de Tarragona al centro de una industria emergente y con un alto valor tecnológico, con el añadido que enlaza perfectamente con otra de las líneas estratégicas de la Autoridad Portuaria de Tarragona, como es la transición energética hacia un modelo que genere cero emisiones netas. Además, si como comentábamos al inicio de este artículo, la ubicación a veces puede resultar una desventaja en algunos casos, para desarrollar este proyecto Tarragona compite con mejores cartas que otros recintos que apuestan por esta industria, pues la cercanía con las costas del sur de Francia, así como también las islas de Cerdeña y Sicilia, territorios donde está prevista la implementación de diferentes parques eólicos marinos flotantes en los próximos años, facilitaría el transporte de las turbinas, que debe realizarse en menos de 48 horas.
Por otro lado, las nuevas inversiones anunciadas el viernes por Go Transport y Grupo Jorge, con la modernización de 8.000 metros cuadrados de almacén que mejorarán notablemente las operaciones de almacenamiento y carga ferroviaria, consolidan todavía más la importancia del Puerto de Tarragona en el sector agroalimentario y demuestra la capacidad del recinto para ofrecer soluciones competitivas para los operadores privados y posicionarse como partner estratégico en el crecimiento de empresas con grandes necesidades logísticas.
En definitiva, los buenos resultados del Puerto de Tarragona no se basan en la competencia directa, sino en la virtud para escoger bien la especialización de los tráficos y la capacidad de convertir su posición en una ventaja comparativa. La gestión de Port Tarragona, la visión a largo plazo para invertir en infraestructuras clave y su compromiso con la sostenibilidad y la innovación son claves para lograrlo.