Sacar la cabeza del agujero para inventar palabros es un entretenimiento muy sano y liberador. Hoy creamos el verbo “desautonomizar”, que no es tanto el proceso de cargarse el estado de las autonomías como, sobre todo, la acción de desterrar toda la rémora de enfrentamientos, envidias, mentiras y confusionismos que genera la acción de quienes las dirigen en esa guerra de las unas contra las otras y unas y otras contra el Gobierno de turno.
La política de infraestructuras es, sin duda, uno de los ámbitos que en este sentido es más necesario desautonomizar desde precisamente la importancia de afrontar solo lo que es necesario. Ahora bien, la desautonomización logística también es requerida en muchos aspectos y un buen ejemplo son las ferias. En cuanto la política se ha quedado a un lado, oh maravilla, no solo Barcelona tiene una de las mejores ferias logísticas del mundo, sino que Logistics & Automation sigue creciendo en Madrid y reivindicando su enfoque. Al fin y al cabo, todo consiste en que se callen los políticos y sus corifeos y escuchemos al mercado.