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Querido presidente

Querido Presidente: Va siendo hora de que de una vez por todas usted se aprenda la lección de esa asignatura llamada Logística.

  • Última actualización
    19 mayo 2020 16:29

Es probable que piense que es una maría o, si me apuran, que no es más que una optativa de esas que sirven para engordar el currículum pero que, en todo caso, en nada afecta si se tropieza.

También puede que esté sumido en esa sensación que todos tuvimos como estudiantes de que cada loco que entraba por la puerta de clase se creía que la mandanga que impartía era lo más trascendental sobre la faz de la tierra.

En cualquier caso, si me permite un consejo, haga el favor de reconvenirse y recapacitar: esto de que en cada momento y en cada circunstancia cada cosa esté donde tiene que estar es ante todo una materia troncal, transversal y, si me apura, de primero de educación general básica, en lo económico y en lo social.

Y aún así,  como quiera que su cargo de presidente del Gobierno le hace tener que examinarse en público y ante la opinión pública, le invitaría a que se preparase las cosas dignamente, por aquello de no quedar con todo al aire más de la cuenta.

Lo que de momento está claro es que usted lleva la asignatura de pena. En los dos primeros exámenes de esta particular evaluación, el resultado ha sido francamente decepcionante y no lo dicen quienes tienen encargada por la sociedad la misión de hacer rendir cuentas a los responsables de lo público ante la opinión pública, es decir, los medios de comunicación. Lo dicen las decenas y decenas de integrantes de esa opinión pública que en estos días se han dirigido a este Diario para trasladarnos su consternación.

En el primer examen, servidor tuvo el honor de ejercer de examinador. Le admito que aquello le pudo parecer un examen “sorpresa”, una “pillada a traición”, una “encerrona” y no sé cuantos más calificativos que utilizábamos de chicos en eso días que, de pronto, el cura mandaba cerrar el libro y sentenciaba: “¡Control!”

"Habrá a buen seguro una tercera vez y Diario del Puerto le va a poner un tercer examen y la pregunta volverá a ser la misma: qué pasa con el imprescindible impulso del sector logístico"

En cualquier caso, ese día tuvo usted tablas, de mal estudiante pero tablas. Intentó ganar tiempo aduciendo que no había escuchado la pregunta y salió del paso como pudo. Podríamos decir que no pasó del 0 ó a lo sumo del 1, aunque le doy permiso para echarle toda la culpa a quien no le avisó de que preguntaba Diario del Puerto.

Por esta misma razón, el nuevo gatillazo del sábado, tras la pregunta de mi compañera Inma Peña, tiene aún menos justificación. Como un rayo se tenían que haber puesto usted y sus asesores a sacarse chuletas de logística en cuanto vio los “apellidos” de quienes preguntaban, pero no.

Y lo peor es que fue usted quien en el primer examen nos dijo lo que teníamos que preguntarle en el siguiente. Fue usted el que precisó los compromisos, sobre los cuales esta vez lamentó “no poder ser más preciso”, actitud que le honró en este segundo round pero que no le vale para cambiar la nota: de nuevo, suspenso.

Llegados a este punto, querido presidente, como nuestro único afán no es pillarle sino que conteste, como nuestra voluntad no es fastidiar sino que aprenda y tome decisiones en favor de la logística, ya le adelantamos que a buen seguro va a haber una tercera vez, que Diario del Puerto le va a poner un tercer examen y la pregunta volverá a ser la misma: qué pasa con el imprescindible impulso del sector logístico.

¿Se va a permitir como presidente del Gobierno dejar por tercera vez consecutiva el examen en blanco? No debería, se lo aseguro, no debería.